Capítulo 17

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Norman parecía perdido en el espacio de su mente mientras todo en su mundo se volvía de un tono oscuro y grisoso, aburrido, e insípido. Ya nada en general le llamaba la atención.

—¡Cariño!—Caturreó la mujer con su vivaracha voz llenando toda la sala. Desde luego era Anna quien cada 2 por 3 se aparecía en la mansión para manipularlo o tener sexo crudo con él.

—No estoy de Humor Anna—Le dijo con una voz seca y sin ánimos.

—¿Eso importa?—Preguntó Anna con una sonrisa socorrona sentándose sobre él. Ella normalmente activaba a Norman al segundo pero ese día no fue así.

—¿Qué pasa?. ¿Es que de verdad no quieres nada?—Con descaro de atrevió a preguntarle sin temor alguno al franco rechazo que el hombre le daría en cuestión de segundos.

—No Anna, quiero que te largues—Le dijo con una voz firme y severa.

—¡¿ES POR ESA MUJER?!. ¿¡QUÉ TIENE ELLA QUE NO TE PIEDA DAR YO?!. ¿¡ES QUE ACASO...

Ambos estaban tan enfrascados en la riña que ambos tenían que no notaron los sonoros pasos del niño que caminaba en dirección a ellos:—Norman dígale a su plomero que arregle el agua caliente de la 6ta habitación.¿ Es rico y ni eso puede pagar he?.

Era como una burla para Anna ¿Qué hacía esa cosa tan vulgar allí?. Ella sabía más que bien quien era ese mocoso pues varias veces había ido a ver al tan mensionado en sueños engendro como Norman le llamaba a Alex. Era el hijo de esa que fue el reemplazo para Emma, y ella que era el reemplazo de un reemplazo se sentía profundamente horrorizada y agravada por una ira eterna hacía el mocoso.

Se levantó desde su lugar y con la misma sonrisa cínica que hace poco Alex portaba ella le sonrió al niño:—Hola hermoso ¿Quién eres tú?. Le preguntó con desprecio en su azulina mirada.

Entonces Alex supo que aquella mujer era peor que Norman para él, lo supó cuando observó el instinto de muerte que permanecía en sus ojos.

En otro lugar más alejado, para ser exactos en la oficina de Ray, Emma contactaba a todos los detectives de la agencia que tenían y más a los que se especializaban en personas desaparecidas hasta que uno dió con una pista. Era en realidad de un número desconocido y la voz era de mujer.

—¿Hola?—Dijo pero sonó más como una pregunta, pues no sabía si alguien le escuchaba.

—Tengo información del paradero del hijo de Ray... Calle 14 casa 31... Sólo deje al jefe, él no ha echo nada—. Le rogaba una voz de mujer atraves de la línea pero en respuesta a sus súplicas sólo la llamada fue cortada desde el lado de la oficina.

La mujer de la llamada, que no era sorpresa, era Bárbara, pues, haría hasta lo imposible para tratar de librar a su jefe... Ella sabía o creía saber que no era tan malo como se hacía ver... El amor es ciego.

Violeta no podía con la información, todo su cerebro estaba en shock, despues de todo, Susan era su hermana que fue llevada a un orfanatorio, para ser exactos el mismo de Ray -Cosa que ella nunca le dijo a su amigo para no sacar cicatrices al aire- eran hermanos, o eso se conviertan ellos. Eran hermanos de la misma madre pero de padres diferentes, pero, finalmente su madre falleció el mismo año en que Susan desapareció y llegó a Grace Field.

Oliver tampoco podía con la noticia pues él fue el que más sufrió teniendo que cuidar a la más pequeña de los 3, violeta, de tan solo 8 años cuando Susan desapareció. Nunca entendieron como fue que ella había llegado a Grace Field y tampoco podían preguntarle a Ray pues no querían lastimarlo.

—¿Estás seguro?—Le preguntó Oliver con una seriedad absoluta en el ambiente.

—Estoy seguro—Le respondió sin ninguna duda.

Violeta se cubrió la boca y comenzó a llorar en cunclillas al suelo, Oliver le colocó una mano en el hombro como consuelo pues a ambos se les abrió una enorme brecha en el corazón que correspondía a la pérdida de su hermana.

—Y ¿dónde está?—Preguntó Oliver.

Lucas trago seco, la verdad no sabían dónde estaba pues según Ray la había dejado en la cafetería pero cuando él la había ido a buscar ella ya no estaba. Lucas conocía muy bien el temperamento de aquellos disparatados hermanos y cuando se les ponía molestos incluso podían estallar de la ira y podían hacer cosas ininmaginables.

—Ese es el problema—Susurró en baja voz.

—¿Problema?—Murmurró Violeta alzando la cabeza mostrando su rostro bañado en lágrimas de felicidad pura.

—Es que... No sé dónde está—Lucas rió nerviodo, no sabía cuál podía ser la reacción de ambos.

—¿¡CÓMO DEMONIOS NO SABES DONDE ESTÁ?!.

Mientras tanto Susan no podía parar de ver a tantos niños correr de un lugar a otro, algunos le decían hermana y le hablaban las manos, era increíble pero todo le resultaba irreconocible a la vez que tan familiar eso hasta que chocó contra una mujer, la mujer más hermosa que en su vida había visto y que por alguna razón le dió ganas de llorar.

—¡¿Susan?!—Dijo Isabella tapándose la boca mientras soltaba lágrima tras lágrima.

Susan no entendía la reacción si. Embargo correspondía el abrazo que le resultaba tan cálido y familiar como el de una madre.

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Bueno, es el segundo capítulo que público de ésto y no sé si publicar el resto ya pues ya estoy un poco cansada de este fic, pues, como se nota, es uno de los primeros que hice para este perfil y ya luego de un año como que medio aburre estar siempre con lo mismo no?.

Una Boda Indeseada [Rayema]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora