Prólogo

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A veces es difícil darse cuenta de algunas cosas por muy graves que sean, y nos convencemos a nosotros mismos de que no es verdad aquello que pensamos. No puedo ni imaginar el tiempo que sufrí, la pena y la amargura en lo más profundo de mi ser, los miedos, los dolores que inundaron mi mente y mi cuerpo.

He escuchado infinidades de veces ella se la buscó, se lo merecía, y tal vez alguna vez lo dije, pero cuando fue por mí solo sentí desesperanza frustración y miedo. La gente no entiende que ese miedo te hace presa de aquel que en realidad amás y esperás que alguna vez te demuestre que también lo hace, algo que nunca pasará.

El amor es felicidad y solo puede crecer si nos provoca bienestar y la alegría. Claro que en las relaciones de pareja no todo es perfecto, también hay desencuentros y errores y se puede sufrir un poco por amor. Pero no puede ser lo que defina una relación. Lo que nos duele nunca es amor. Es mentira que para amar hay que sufrir, todo lo contrario el estar enamorada te llena de dicha, aquello que te roba una sonrisa cada vez que toma tu memoria.

La vida es aprendizaje pero el terror es solo aquello que te consume y te destruye. Los celos y la violencia no son sinónimos ni mucho menos una prueba de amor, solo es una excusa para justificar la violencia. La sumisión y la tortura a pesar que en los libros se muestren como algo excitante es parte de una violencia que solo representa el maltrato de un ser posesivo que no ama, solo quiere ser dueño de ese objeto que cree que le pertenece.

Tal vez, tuve que pasar todo este tormento para entenderlo y quiero contarlo para que quien lo lea no sufra lo que he sufrido.

UN AMOR DE NOVELADonde viven las historias. Descúbrelo ahora