LAS DOS CARAS DE LA MONEDA

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EMMA


Los días son muy monótonos cuando solo eres ama de casa. En eso me había convertido por causa de Joaquín. El día que lo conocí lo primero que supe era que él prefería una mujer de su casa que esperara por su llegada y fuera agradecida por tanto sacrificio como proveedor de esta familia.

Siempre esperaba su llegada con impaciencia. Lo extrañaba aunque él no a mí.

Sabía que tenía vacaciones y que estaría 3 semanas con nosotros.

Se hicieron la 2 de la tarde y me extrañó que no se apareciera. Tal vez había perdido el transporte a casa, muchas veces le pasaba y debía quedarse hasta el día siguiente. Eran las 19 pero no había registro de su llegada. Decidí llamar a su celular que por supuesto no contestó.

Mis hijos lo esperaban, la final de futbol era mañana y él les había prometido entrenar antes del gran encuentro. Traté de excusarlo con ellos antes que se fueran a dormir.

Estaba en lo mejor de mi sueño cuando sentí la puerta que se abrió, creo que eran las 4 de la mañana, por eso me asusté.

Cuando me asomé al living estaba Joaquín con sus ojos encendidos como quien a ha tomado mucho en muy poco tiempo. Recostado en el sillón.

— Joaquín sos vos amor, pensé que te había pasado algo.

— Si, se ve que estabas preocupada hija de puta, durmiendo como siempre. Disfrutando de lo mío.

— No, llamé a tu teléfono y no respondiste pensé que te habías quedado varado en el pueblo, pero si estaba preocupada.

— Vení Emma te quiero acá. Me acerco a él y me paro delante.

Se desabrocha el pantalón y saca su miembro.

—Arrodíllate.

— Joaquín vamos a la cama

— No hace lo que te digo ya.

Me arrodillo y lo miro

— ¿Y?, dale empezá.

— Joaquín estás borracho.

— No es lo que le gusta a las mujeres, como en tus novelas cochinas que leés, esa, 50 sombras de Grey es.

— ¿Estás molestándome?

— No, si no empiezas enseguida te castigare, así dice Christian Grey. Las chicas se enloquecen por ese tipo de hombre, sueñan con uno así. Bueno vos tenés uno así. Haz tu labor ahora. Y más te conviene que me guste.

Introduje su miembro en mi boca para comenzar a darle placer.

Él tomó mi cabeza por mi cabello con fuerza desde mi pelo

Mientras yo bajaba y subía

— Dale Puta, seguí.

Más me llevaba a su miembro haciendo que entrara a mi garganta, hice un gesto de repulsión, estaba nauseosa y él se dio cuenta.

Enfurecido esbozó— ¡Ni para mamarla servis!

Golpeó mi cabeza con fuerza, y me sacó de él. Me levantó del suelo y me puso en cuclillas para embestirme con fuerza, solo sentía dolor, no quería que siguiera y se lo dije.

— Pará, basta Joaquín por favor — intenté escaparme de su sujeción pero él me tiro en el sillón y siguió. Yo solo lloraba, me estaba lastimando nuevamente. Cuando terminó levantó mi cabeza y la llevó hacia su boca para besarme y dijo cerca en mi oído.

UN AMOR DE NOVELADonde viven las historias. Descúbrelo ahora