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―¿Estás bien?

Archie alzó el rostro y se encontró con su novio, quien lo miraba con notable preocupación en su mirada. Él asintió y palmeó sus piernas para que Harry se sentara en ellas y así lo hizo.

―Lo estoy, tranquilo ―rodeó la cintura de su novio con sus brazos y dejó un pequeño beso en sus labios―. ¿Por qué lo preguntas?

―Es que desde la última carta que leímos te noto pensativo.

―He estado pensando.

―¿Sobre qué? ¿Es la pregunta de Robert?

Archie asintió y ocultó el rostro en el cuello de Harry, inhalando su aroma para distraerse un poco. Por su parte, Harry lo abrazó y le acarició la espalda con suavidad, no estaba sorprendido, para nada, él sabía que eso estaba pasando, sabía que Archie estaría analizando la respuesta a esa pregunta y él, aunque se moría de ganas de saber la respuesta, prefería darle su espacio.

―Así es.

―Ya veo...

Archie salió de su escondite y miró fijamente a Harry, acercando sus rostros para rozar su nariz con la ajena, causando en su novio un tierno sonrojo.

―Te amo a ti, Harry, y es cierto que me he estado confundiendo últimamente pero sus cartas me han estado ayudando.

―¿De verdad? ―Archie asintió y Harry lo miró intrigado―. ¿De qué forma?

―No voy a mentirte, saber que Robert siente esas cosas por mí es raro pero agradable hasta cierto punto, sin embargo, no puedo mentirme, no puedo tapar el sol con un dedo y fingir que no me lastimó. Tú sabes cuánto sufrí por Robert, sabes cómo me hirió por completo y cuanto me costó seguir adelante y no es justo, ni para ti, ni para él ni para nadie. Tú has estado siempre para mí, Harry. Desde que me conoces has estado ayudándome, has estado dándome tu mano, ayudándome a ponerme de pie y tantas pero tantas cosas que nunca dejaré de estar agradecido contigo. Si coloco en una balanza los años de amistad con Robert y estos tres años contigo, te aseguro que el lado de tu balanza se baja más por todos los buenos momentos que hemos vivido.

Harry lo miró por un momento y luego cerró los ojos, sintiendo un par de lágrimas correr por sus mejillas.

―Archie...

―Shhh... no digas nada, no tienes que decir algo, Harry. Soy yo quien debe pedirte disculpas por sentirme así por algo que ya es pasado.

―Pero tú lo amas.

―Lo hago, pero no como te amo a ti. Harry, mírame ―el castaño abrió los ojos y lo miró sin pena alguna, lagrimas seguían corriendo por sus mejillas pero a él no le importaba que su novio lo mirara así―. Harry, sé que no es como lo imaginaste ni como yo lo imaginé pero quiero hacerlo ahora, quiero dejarte en claro que eres tú a quien amo y que eres tú con quien quiero compartir incontables momentos de mi vida.

―¿Archie?

―Harry... ―suspiró y sujetando las manos ajenas lo miró―. ¿Quieres casarte conmigo?

―Sí, sí, ¡sí! Claro que quiero casarme contigo, Archie. Sabes que sí ―Harry lo abrazó con fuerza y lo besó.

Besó a Archie con todo su amor, entregándose como solo él sabía hacerlo mediante algo tan simple y pequeño como un beso. Lo amaba. Amaba cada parte del hombre que estaba allí con él, desde el primer momento que lo vio supo que Archie se adueñaría de su corazón y de él y ahora, cuatro años después, sabía que tenía la razón.

Archie era todo lo que él necesitaba para ser feliz. 

Querido Archie (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora