7 - Roars and hisses of pain

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Secarse las lágrimas, respirar, alzar la mirada y con una dulce sonrisa decir: Estoy bien.

7 - Roars and hisses of pain

La prueba había iniciado hace un buen rato, tiempo en el cual intenta resistir las ganas de tocar la copa. Literalmente lo metieron en ese laberinto para joder a los campeones, que mejor que corretear tras el que llegue antes a ganar. Hace su trabajo como buen cachorro obediente.

Admite estar aburrido como la mierda de tanto esperar, no piensa que el laberinto fuese tan grande como para que tres personas no puedan llegar a un miserable vaso grande y sobrevalorado.

Sus orejas se irguen, alza la cabeza y muestra los colmillos, crispa su lomo. Cedric viene por el mismo camino que hace un tiempo el tránsito. El muchacho no parece muy contento de verlo. Herir, no matar, herir, no matar, no morder...

Chilla cuando un hechizo lo golpea y envía directo hacía el seto hechizado. Un poco mosqueado sin poder evitarlo persigue a Cedric que corre como lo depende su vida en esye instante.

Apenas le puso las patas encima Cedric tocó la copa y se hace todo un torbellino horroroso que lo identificaba como un traslador. Odia esas cosas, su pobre estómago -que tiene vida propia-, los aborrece. Apenas toca suelo nuevamente de la forma más brusca posible tuvo ganas de vomitar.

Cómo sí el olor a muerto no fuese suficiente.

— ¿Pero que...? — Cedric se endereza y mira a su alrededor —. ¿Se suponía que la copa fuese un traslador? — Increpa el muchacho con poca confianza en el asunto.

—Creo que sí, pero eso no explica dónde estamos, no parece la entrada del laberinto... — Responde viendo a todos lados. Algo tiene a su lobo interno sumamente ansioso. Él, por sí parte tiene miles de escalofríos por todo su cuerpo.

Aunque puede deberse a la poca cantidad de prendas en todo caso.

Choca sin querer. Sin sus lentes ver es considerado un logro, tantea con los dedos, definiendo aquel obstáculo en su oscuro camino como una estatua con forma de ¿Ángel? ¿Está en un cementerio? Eso puede explicar el olor y los escalofríos, lo segundo no tanto. Cedric lo toma del hombro y entrega algo.

— Gracias — Preguntar que hace Cedric con sus gafas es tema para otra ocasión. En por frente a la tumba fue capaz de leer la inscripción en la piedra de aire elegante, tal vez esa persona fue adinerada —. Tom Ryddle 1905-1943. Murió joven

— ¿Eso importa? — pregunta curioso, Harry se encoge de hombros.

— Supongo que no, no lo conocíamos...

— Yo tampoco, pero no me impidió asesinarlo, fue muy sencillo a decir verdad, un simple Muggle más.

— ¿Quién eres t...?

— ¡Harry!

Antes de darse cuenta la estatua de la tumba lo agarra, presiona su garganta con la oz de roca con la fue tallada. Cedric saca la varita de su bolsillo y apunta al hombre que se hace muy familiar a Harry, aunque no sabe y de momento no importa de dónde.

— Sabes, es muy oportuno que seas tú quien vino hasta aquí, tiene otra idea para ti en el futuro, pero ya que insistes...

— ¡Deja de hablar y suéltalo aho...!

— ¡AVADA KEDAVRA!

Harry pierde el aliento y color del rostro, tiembla con ligereza mientras las lágrimas a caen lentamente. El hechizo impacta de lleno en Cedric por lo que este ahora reposa en el suelo inerte, con los ojos escalofriantemente abiertos. El hombre se acerca, elegantemente vestido y una sonrisa desquiciada marca sus aristocráticas facciones.

Moon Howling || Tomrry/HarryMortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora