Respuesta. (Terminada)

Los guerreros del futuro

En una isla no muy alejada de la ubicación donde los guerreros estaban peleando, dentro de una montaña. Se encontraba el laboratorio del doctor Maki Gero. Detrás de unas enormes puertas dobles de metal blindado para esconderse del mundo exterior; después de activar su control a distancia, dos cápsulas apoyadas en la pared de entrada al laboratorio comenzaron a abrirse lentamente, revelando a dos jóvenes casi idénticos. El varón de cabello hasta los hombros pelinegro, vestido con una camiseta negra sin mangas, sobre una blanca de manga larga, además de una pañueleta roja atada a su cuello con jins ajustados por unas calcetas verdes y tenis azules, fue el primero en salir de su cápsula y echar una mirada curiosa a su alrededor, buscando a su creador.

Su hermana salio un minuto después de su propia cápsula, igual que su hermano llevaba una camiseta blanca con finas rayas horizontales de manga larga encima un enterizo negro de mangas cero, con un chaleco jin y una falda corta del mismo material, además de botas cafés, tenía el cabello rubio hasta los hombros peinado a un costado, el mismo perfil y los ojos azules rasgados de su hermano. Intercambiaron una mirada interrogante.

- El viejo doctor debe estar desesperado si nos sacó de nuestro estado de hibernación - analizó el joven, ligeramente divertido - hasta uso el mando a distancia - comento cada vez más divertido mientras se cruzaba de brazos.

- Cierto número Diesiciete, ¿Qué querrá ese inútil viejo? - cuestionó fastidiada - seguramente piensa que iremos a salvarlo - comento con sorna.

- ¿Tú crees que el mando a distancia podrá activar nuestras bombas desde aquí Diesiocho? - cuestionó su hermano algo preocupado.

La joven solo se mordisqueo su labio, mientras se arreglaba el cabello.

- Será mejor no arriesgarnos. Vayamos a salvar al viejo, según la señal de nuestro control remoto, no está muy lejos de aquí.

Estaban por emprender el vuelo, cuando la cápsula que se encontraba en medio del laboratorio se abrió. Un enorme individuo vestido con un mono negro, con un extraño chaleco verde y una cresta de cabello peli anaranjado, apareció frente a ellos.

Yamcha volaba a toda velocidad que podía hacia Corporación Cápsula. Vegeta le había indicado que recogiera una cámara de recuperación de ahí, si no encontraba a Bulma que se la pidiera a su padre. Apenas si logró una pequeña explicación de parte de Gohan de que era una cámara de recuperación, antes de que el sayia lo amenazara con volarlo en mil pedazos, si no se apresuraba en llevar esa cámara a Goku. Aún no podía creer el extraño actuar del saiyajin.

El doctor Gero observaba atemorizado a los hombres que lo rodeaban, no había tenido más remedio que contarles sobre sus androides, además de por los nervios, no había sido lo bastante cuidadoso al hablar, así que se dieron cuenta de su verdadera identidad.

Vegeta lo observaba furibundo.

- Solo nos hicieron perder el tiempo, los verdaderos enemigos no han aparecido aún - comento furioso alejándose de los otros - Maten a esa asquerosa lata, ya no nos sirve para nada.

Ordeno con tono furioso, mientras cruzaba el cielo con la mirada, para ver si llegaban los famosos y poderosos androides.

Piccolo coincidía con el sayia, no le importó que Vegeta se los estaba ordenando siquiera. Alzó la mano en forma de pistola, acumulando ki en la punta de su dedo índice para matar al molesto hombre.

El ruido de una nave acercándose los distrajo. Bulma jaloneaba a Yayirobe, mientras hacía malabares con sus hijos en sus brazos, al parecer habían estado dando vueltas de aquí para haya en la nave, ya que la obstinada muchacha insistía en ver a los androides y Yayirobe solo intentaba controlar la nave ya que la molesta mujer le quitaba el control de su auto al menor descuido. Finalmente había accedido ir a la ciudad, pero cuando no encontraron nada, se iban a retirar por fin. Cuando la joven vio a Vegeta salir disparado hacia esta pequeña isla, entre jalones, golpes y amenazas obligó a Yayirobe a llevarlos hasta ahí.