My Happiness [Steven Universe]

05.

—Gracias _____.

Ella giró un poco su rostro a Garnet, quién poseía una pequeña sonrisa.

Con confusión en su voz le preguntó:

—¿Por qué? no he hecho nada importante hasta ahora.

Garnet saludaba a algunas gemas que se cruzaban en el camino, la híbrida no sabía a dónde se dirigía, sin embargo confiaba completamente en Garnet.

—Steven había estado en cierto episodio en donde evitaba a la gente, las gemas, no salía y casi no comía —el agarre de la fusión se hizo tenso—, busqué en muchos futuros el final de eso, pero no lo encontré.

Pirita regresó su mirada al frente, apretando sus labios con pena ante el chico, parecía alguien tan alegre.

—Eres como una ola que llega de imprevisto. Gracias a ti, Steven ha vuelto a salir a la pequeña escuela madre, lo hizo por ti.

—Oh, vaya... —aquello le había tomado de imprevisto, aún no terminaba de asimilar su libertad, y el que Garnet le diga esto era algo que la abrumaba un poco—, me alegra haber ayudado en algo.

Mordió su mejilla, empezaba sentir algo de responsabilidad creciendo en su ser.

Sí, quería ayudar a quién la ayudó, pero realmente no sabía que palabras o acciones hacer, como dirigirse a las personas o gemas.

Realmente no sabía nada. Dieciséis años solo desaparecieron de su vida, ya no era la niña que cuidaban las Gems, ahora era una adolescente.

Llevó su mano a su brazo, sujetándolo con algo de fuerza, tenía miedo de estropear algo o de hacer algo estúpido.

—¡Pero miren a quien tenemos aquí!

Una alegre e imperativa voz la sacó de sus pensamientos, estaban frente a lo que parecía ser una especie de tienda de herrería.

—Mi duo favorito y una humana —Bismuto le sonrió a la chica—, ¡bienvenida al Pequeño Planeta Madre!

—Gracias —murmuró, sintiendo una leve familiaridad en aquella gema que realmente desconocía.

Quizá la gema de su madre tenía algo que ver.

—Bismuto, te presento a _____ Pirita —Garnet sonrió, empujando a la nombrada dos pasos adelante—, hija de Pirita, la antigua Cristal Gem.

Bismuto la miró con sorpresa.

—¡Decía yo que esos ojos eran conocidos! —la gema se lanzó a abrazarla, tomando a la chica de imprevisto—, fui muy amiga de tu madre, éramos inseparables.

La gema la bajó de aquel abrazo, palmeandola con emoción.

—Mitad humana supongo.

Ella asintió.

—¡Claro que lo ibas a ser! ¿que otra Cristal Gem a parte de Rose renunciaría a su gema para crear nueva vida? —Bismuto rio—, tienes sus ojos, su cabello...

—También tengo marcas en mi cuerpo —ella subió la manga de su suéter, mostrando una de sus tantas marcas—, son turquesa.