10◟

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Todo en la mente de Mordecai se había tornado confuso, su corazón empezaba a latir cada vez más rápido, no podía asimilar del todo aquel momento, le era algo difícil de digerir ya que hasta cierto punto el peliazul sentía que todo esto estaba pasando en un plano ficticio.

Sus recuerdos, todo lo vivido con su mejor amigo, cuando conoció por primera vez a Rigby, nada fue un accidente, fue una de las mejores cosas que le pudo ocurrir en su vida.

El silencio se había apoderado de ambos amigos, no había tensión, ni incomodidad, solo existía una atmósfera de incertidumbre ; Mordecai había soltado a su mejor amigo, tapando su rostro por completo, ocultando lo que su rostro pudiese advertir, formándose de manera ligera una poca notoria sonrisa. Para Rigby fue totalmente lo opuesto ya que la idea de que su amigo estuviese así, solo le indicaba que había arruinado toda su amistad  y que en cualquier momento el peliazul podía golpearle e insultarle, el solo pensar aquello le rompía el corazón, y aún con el tiempo pasando, ninguna respuesta recibía de su mejor amigo.

La idea de retirarse con la poca dignidad que le quedaba e irse a la casa de sus padres parecía una idea muy tentadora para Rigby, no había mucho que rescatar a su parecer ; pero aún seguía ahí, de pie frente a Mordecai esperando alguna señal o respuesta que parecía no llegar nunca. El castaño se cuestionó por algunos segundos si lo que hacía estaba bien, si estaba tomando medidas precipitadas o tal vez ya había caído en un bucle de histeria.

Era muy irónico pero entre tanto ruido, Rigby solo quería escuchar la voz de Mordecai. Aquella voz que le ponía los nervios de punta y al mismo tiempo le hacía suspirar, necesitaba escucharlo, le necesitaba.

El mapache retrocedió un paso de manera silenciosa, si todo salía bien daría más pasos hasta salir corriendo de allí, correría hasta algun lugar lejano a llorar o maldecirse ; sin embargo, al segundo paso pudo sentir como el peliazul lo tomaba de brazos, acercándose peligrosamente a él.

Sus labios empezaron a hacer un roce suave y delicado, uniéndose cada vez más.

¿Acaso esa era la respuesta de Mordecai ? ¿Le estaba correspondiendo?

Las preguntas atacaban a Rigby sin control, pero las desechó rápidamente, quería disfrutar cada parte de aquel beso como si fuese el primero y último.

⎯ Sé que queda mucho por explicar pero...⎯ se dignó por fin en responder el peliazul  ⎯ No crees que hay cosas que son demasiado obvias.

Dicho ello volvió con lo suyo, juntando sus labios y moviéndolos de manera lenta hasta que el contrario también le siguiera el juego. Como respuesta física a esto Rigby paso ambas manos sobre el cuello del peliazul acercándose más,  jugando torpemente con el beso. Ambos sentían derretirse, para Mordecai los labios de su amigo eran sumamente tersos ; y, si en algo conllevaría eso, lo podría devorar.

Poco les importaba el escaso aire que tenían, tarde o temprano tendrían que separar sus labios para respirar correctamente y aprovechando aquello el castaño retomó lo dicho por su mejor amigo.

⎯ Cosas obvias, realmente no.⎯ Rigby tenía demasiadas dudas superfluas ya que la principal estaba aclarándose.

⎯ Te pusiste celoso de ti mismo, mapache.⎯ decía Mordecai con cierta gracia.

⎯ T-tú te arreglaste para mí.⎯  el más bajo tomaba las mejillas del contrario, apretándolas de manera suave por algunos segundos ⎯ Pero creí que ...

⎯ Entonces, si confiesas que te pusiste celoso.⎯  ya no había manera de esconderlo, Mordecai armaba perfectamente el rompecabezas.

⎯ Esta bien lo acepto, ganaste Mordo.⎯  confesó intentando desaparecer el puchero formado en su rostro ⎯ Pero necesito muchísimas explicaciones.

El sol en sus ojos ⌈Morby⌋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora