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Dylen inhalo hondo, armándose de paciencia y valor para lo que le esperaba. Nunca habia sido bueno para las presentaciones, en sus tiempos de niño hacer amigos habia sido casi una odisea, y aunque con el paso de los años aquello habia ido mejorando, los nervios recorrían sus sistema al solo pensar en tener que ser el centro de atención de las presentaciones.

Siguió a su prima y su marido, el príncipe, por un estrecho pasillo decorado con lo que el suponía eran pinturas de los antepasados reales. Y en silencio se dedicó a observar como la pareja delante de él, interactuaba.

Era muy notorio el amor que ambos compartían. Él lo podía notar en la manera tan delicada y a la vez firme con que el príncipe sujetaba la cintura de su esposa, y en como Helsin sonreía pareciendo tener una luz saliendo de sus ojos.

Sonrió para sí mismo, contento de ver como su prima había encontrado su propia felicidad.

Al llegar al final del pasillo, se preparó para lo que seguía.

A simple visto pudo reconocer al Rey, de pie junto al ostentoso sofá en que una hermosa mujer estaba pulcramente sentada. Era la reina suponía. También, al pasear la mirada por el salón se encontró con otra dama y quien parecía ser su esposo, lo suponía por la forma tan íntima en que sostenía su cintura.

No habia rastros de la princesita embustera.

— Padre, madre — comenzó a hablar el príncipe, invitándolo a acercarse a la pareja mencionada. Helsin lo animo con un pequeño apretón en su brazo, ella conocía perfectamente cada uno de sus miedos. — es un placer presentarles a Sir Dylen Savidges, primo de mi princesa y lamentablemente hijo y heredero de Sir Scatter. —

Al verse su padre acusado de secuestro por la corona Inglesa, su título le fue removido, recayendo de inmediato en su heredero.

—Es un placer conocerlo — Hardy Southford le tendió la mano, invitándolo a cerrar la presentación con un fuerte apretón de mano. — lamento que las circunstancias familiares no sean las mejores. —

—Altezas, el placer es mío — Dylen inclino la cabeza en un acto de respeto, primero hacia el rey y luego hacia la reina. — me disculpo por todos los daños que mi padre les causo, mi propósito es redimir mi apellido ante usted y su familia. —

— Muchacho — Hardy puso su mano sobre el hombro del sir y hablo en tono conciliador. — No tienes por qué disculparte por los actos de tu padre, ya Helsin me hablo lo suficiente sobre ti — le sonrió.

— Gracias, Alteza —

— Ahora sigamos con las presentaciones — luego de asentir ante las palabras del joven, prosiguió. — Te presento a una de mis adorables hijas, lady Mía Blackmore y su esposo Charles, duque de Blackmore —

—Milady, milord es un placer — se inclinó ante ambos, tratando de sonreír con normalidad.

— Mi segunda y adorable hija, Rebecca — sonrió y con su mano dirigió la atención de los allí presentes hacia la escalera, desde donde Beck bajaba, haciendo su memorable entrada.

Dylen observo a la joven princesa manteniendo la expresión sería que utilizaba como mascara la mayor parte del tiempo. Con mucho sufrimiento habia aprendido que lo más seguro para sí mismo y para los demás, era esconder sus emociones.

—Querida — el rey tomo la mano de su hija, y con delicadeza la guio hacia el nuevo conocido de la familia. Beck sonrió con picardía e hizo la reverencia correspondiente ante su príncipe. — te presento a Sir Dylen Savidges, primo de Helsin —

— Princesa, un placer... — Dylen repitió la acción de la chica, sintiendo el impulso de sonreír. —...verla de nuevo —

— El placer es todo mío, mi.... —

— un momento, ¿Ya lo conocías Beck? — Hardy observo a su hija con una ceja alzada. No le sorprendía para nada que su hija pequeña conociera al primo de su nuera. La joven tenía la costumbre de vestirse como doncella y escaparse del castillo.

— Ella fue la doncella que lo guío hasta aquí padre — murmuro Caleb, soltando un bufido divertido.

Hardy se limitó a soltar un suspiro, armándose de paciencia para evitar sacudir a su hija pequeña. Ella aún no comprendía el peligro al que como familia real estaban expuestos, la envidia y enemigos siempre los rondaban. Esa niña seguro le sacaría canas verdes. Más cuando podía darse cuenta de la manera en que Beck observaba al Sir.

— Pobre muchacho — se compadeció el rey, sonriendo de lado al ver a su hija junto a aquel Sir, con las mejillas sonrojadas y una brillante sonrisa en el rostro, queriendo acaparar la atención del caballero. Él parecía indiferente, pero cada cierto tiempo el rey notaba como los ojos del muchacho se posaban más de lo normal en su hija. Luego de las presentaciones, prosiguieron con la cena, para luego pasar al salón y terminar con las damas bebiendo té y los caballeros coñac, mientras entablaban una amena conversación.— no sabe lo que le espera —

— Lo mismo pensé, padre — Caleb junto a él soltó una risilla. — Beck lo acechara hasta hacerlo caer en sus redes —

—Ten por seguro que lo hará...— 



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29-01-2020

Magic [Royalty#3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora