Hace ya algunos años un señor solicitó mis servicios de gasfitería para una instalación de agua. Pero como el trabajo no se podía hacer en el día, arreglé que lo haría en la noche ya que a esa hora se cortaba el agua. Me demoré en el trabajo más de lo que pensé. Serían cerca de las tres de la mañana, regresábamos yo y mi ayudante, estábamos por la calle Leoncio Prado y al dar la vuelta a Ayacucho, nos encontramos con una tremenda chanchaza que muy furiosa se vino al ataque. No pudimos correr, los pies se nos paralizaron, ni pudimos articular palabra alguna; solo atiné a defenderme y como traía mi barretilla al hombro le clavé con toda el alma a la chancha quien como si hubiese sido cristiano dijo: ¡ay...! y se fue llevando la barretilla prendida en su cuerpo, que luego vi caer más allá. Nosotros nos quedamos como plantados en el mismo sitio donde nos había sorprendido. Cuando volvimos en sí fui a recoger mi barretilla: ¡cuánta no sería mi sorpresa!, al recogerla, toda la punta que había entrado en el cuerpo de la chancha se había convertido en oro.

El lugar que con más frecuencia aparece es la primera cuadra de la calle Larco Herrera con Dos de Mayo, pero su radio de acción es mucho más amplio.



Versión oral: Telmo de la Cruz Arroyo, Edad: 59 años, Ocupación: Carpintero, Lugar: Pacasmayo

TRADICION ORAL - DEPARTAMENTO DE LA LIBERTADWhere stories live. Discover now