Mi Destino Eres Tú (Yoongi y tu)

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Yoongi y Mino cruzaron el vestíbulo con el sonido de sus elegantes zapatos resonando sobre el suelo de mármol rojo. Entraron en el estudio de Vernon, donde él y Ji Yong los esperaban, y tomaron asiento junto a ellos.

Vernon se puso en pie, se dirigió al armario y sirvió sangre templada en tres copas; llenó la cuarta con vino tinto. Sin prisa repartió.

Ver: Bien, la gran noche ha llegado —anunció mientras ocupaba de nuevo su lugar junto a Yong—. Ray llamó hace unos minutos, pronto llegarán los primeros. Sé que no es necesario que diga esto, aun así lo diré. Este maldito baile es el mayor pulso político y de poder al que tenemos que hacer frente. Han pasado muchas cosas y ellos lo saben. No quiero conflictos, sed pacientes, no entréis en sus juegos y controlad vuestro temperamento. —Miró directamente a su hijo mayor cuando pronunció esas palabras. Yong forzó una sonrisa amable y apuró la sangre de su copa chasqueando la lengua—. Esta noche es especial, la presencia de Mino y T/N la convierten en todo un desafío. Los miembros de nuestro linaje tendrán que controlar sus instintos…

Yoongi se removió incómodo ante el comentario.

Ver: … su hostilidad y sus prejuicios —continuó —. Al margen de lo que acabo de comentar, el solsticio de verano es importante para Wendy. Ella disfruta con todas estas celebraciones, tratemos de no disgustarla.

Sonaron unos golpes en la puerta y un Guerrero entró en el estudio.

X: Señor, el primer coche se acerca.

Un Mercedes negro se detuvo frente a la puerta. Cyrus, irreconocible con su esmoquin, esperaba junto a la escalinata. Se acercó al vehículo y con fría cortesía abrió la portezuela. Ofreció su mano a una vampira de espesa melena oscura y la ayudó a descender.

Todos los miembros del consejo fueron llegando poco a poco. Vernon, Wendy y Ji Yong los iban recibiendo junto a la escalinata, diciendo cumplidos y atenciones a sus invitados.

Algo más apartados, Yoongi y Mino trataban de pasar desapercibidos, ignorando el impacto que estaban provocando. La presencia de Yoongi ejercía tal fascinación entre los vampiros, que todos lo miraban sin ningún disimulo.

Min: Deberías relajarte, estás muy tenso —dijo entre dientes.

Sg: Y me lo dices tú. Puedo oler tu adrenalina como si fluyera por mis propias venas —susurró, mientras inclinaba su cabeza saludando a un joven vampiro.

Min: Pero lo mío es comprensible, se llama instinto de supervivencia. Me resulta imposible reaccionar de otra forma con tanto vampiro cerca. —Se inclinó ante una vampira que le sonreía con timidez y algo de desconfianza.

Yoongi resopló exasperado.

Sg: Es que no soporto cómo me miran. Me observan como si estuvieran esperando que de un momento a otro chasqueara los dedos y… ¡Voila! Yoongi agita la varita y… —Extendió sus manos como lo haría un mago para mostrar que no oculta nada en ellas—. ¡Magia! ¡Ya estáis curados! ¡Alabado sea el señor!

Mino se llevó una mano a la boca y tosió para disimular su risa.

Ji: Deja tus oraciones para otro momento. Hyuna y sus hermanas acaban de llegar —apuntó Yong tras ellos. Rodeando sus hombros con los brazos los empujó hacia el vestíbulo.

Min: ¿Quién? —preguntó con curiosidad.

Ji: Unas vampiras tan ambiciosas como hermosas y, créeme, son muy hermosas —respondió.

Min: ¿Y huimos por eso?

Sg: ¿Qué te sugieren las palabras encerrona y matrimonio? —preguntó a Mino arqueando las cejas.