La hora del almuerzo llegaba a su fin y las mesas del café comenzaban a vaciarse. El cielo había cambiado su color azul de la mañana por un gris plomizo que anunciaba tormenta, y el paisaje comenzaba a sumirse en una agobiante penumbra.T/N engulló el último trozo de su tarta de chocolate y dejó el tenedor en el plato con un sonoro suspiro de estar saciada.
Ad: ¿Quieres otro? —preguntó con una sonrisa satisfecha.
—¡No, o tendré que usar un calzador para ponerme estos pantalones! —respondió con las manos en la barriga.
Ad: Estás muy delgada, te vendría bien coger un poco de peso —le hizo notar él, mientras se inclinaba sobre la mesa y empujaba su plato intacto hacia ella.
—Llevas tres días atiborrándome como si fuera el pavo de Acción de Gracias, en cambio tú apenas comes nada —replicó empujando el plato hacia él.
Ad: La culpa es tuya —dijo el chico. Tomó un trocito de tarta con el tenedor y se lo ofreció a T/N—. Me encanta verte comer y acabo olvidándome de mi propio apetito.
De repente sintió la garganta seca, la sed se arremolinaba dentro de él opresiva y ansiosa. Se estaba descuidando, tres días sin alimentarse eran demasiados. Pero el problema no residía exclusivamente en la falta de sangre, sino en la adicción que sufría desde hacía un año cuando desangró al primer humano hasta la muerte.
Era un adicto a la esencia vital de los mortales. Intentaba controlarla y, cuando no era capaz de soportarlo más, elegía a sus víctimas con mucho cuidado. Indigentes a los que nadie echaría de menos, tipos violentos a los que eliminaba haciendo un gran favor a la sociedad. Pero en alguna ocasión, sus instintos, la rabia y la crueldad que corrían por sus venas, lo habían obligado a matar a inocentes.
—Hicimos un trato, nada de coqueteos —le recordó apuntándole con el dedo.
Ad: No estoy coqueteando —replicó él entre risas y se llevó el trozo de tarta a la boca.
Se miraron un instante en silencio, entonces él se inclinó sobre la mesa y le guiñó un ojo con aire seductor.
—¡Dios mío, eres imposible! —exclamó arrojándole la servilleta.
Él la atrapó al vuelo sin dejar de reír.
Un trueno hizo vibrar los cristales, ambos miraron hacia la calle justo cuando un rayo iluminaba la creciente oscuridad. Otro trueno aún más fuerte que el anterior resonó en sus oídos.
—Deberíamos irnos o nos mojaremos de camino —dijo .
Ad: Demasiado tarde —anunció el chico.
Unas enormes gotas comenzaron a caer. La puerta se abrió y Lissa y Emma entraron sacudiéndose el agua del pelo.
Lis: ¡Eh, hola! —saludó Lissa con la mano al verlos, y se encaminó con paso rápido hacia ellos—. No os imagináis la que se avecina, parece el fin del mundo.
Ad: Debería buscar un sitio para resguardar la moto —dijo clavando sus ojos negros en T/N.
Lou: Puedes guardarla en la parte de atrás hasta que pase la tormenta —le sugirió Lou desde el mostrador y le lanzó un manojo de llaves—. Es la más pequeña.
Ad: Gracias —respondió Adrien atrapándolas en el aire y miró al hombre como si le hubiera sorprendido su amabilidad.
Lou: No hay de qué. Date prisa o te mojarás, y aquí no tengo ropa que te sirva.
Adrian asintió con la cabeza.
Ad: Enseguida vuelvo —le dijo y salió como un rayo.
Ella lo observó hasta que desapareció. Entonces sintió las miradas de Los da y Emma en su espalda. Se dio la vuelta soltando un suspiro y encaró a sus amigas con una sonrisa.
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Mi Destino Eres Tú (Yoongi y tu)
Diversos2da Temporada de Estaré a tu lado ( Yoongi y tu ) ▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪ Ahora que "Irene ha muerto", Yoongi está decidido a dejar atrás el pasado y empezar de nuevo al lado de T/N. Juntos viajaran a Inglaterra, el hogar del vampiro. Allí T/N cono...