♠︎ RONNY ♠︎ ||George Weasley ||

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.・゜゜・ LA GATA ・゜゜・.
ROÑOSA DE FILCH

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“A menos que no sea un simple pergamino.”

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|| 1990||

El término de las vacaciones de invierno era un hecho lo suficientemente triste como para hacer que la joven Scamander no tuviera ánimos suficientes para pelear con los pelirrojos que habían molestado a su lechuza, Basil, durante todo el camino de regreso a Hogwarts. Ronny extrañaba a sus abuelos, a sus padres y a los animales en casa... Y si era sincera, también extrañaba que su hermano le hablara más de dos veces a la semana. Siempre era bueno saber que no era mudo.

—Entonces Ronny y yo nos besamos. —La joven miró rápidamente hacia el pelirrojo que había hablado.

—¡George!

—¿Qué? Estabas distraída. —Se encoge de hombros el pecoso antes de regalarle una sonrisa.

—¿Se besaron? —El cuestionamiento de Lee Jordan la hizo negar rápidamente, agregando lo alterada que de repente parecía.

—¿Ellos dos? No, improbable. —Ronny prefirió callar ante la respuesta de Charlie, quien se sentó a su lado.

—¿Y cómo estás tan seguro que no pasaría? —Con una ceja arqueada miró a su hermano mayor, el cuál sonreía con evidente burla.

—Artemis es hermosa, y estoy seguro que es más de chicos como... No lo sé, Oliver por ejemplo. —En esos momentos, la pecosa ya estaba comparando el color de su rostro con  la piel de una cereza.

—No la llames Artemis. Nosotros solo podemos llamarle Artemis. —Señaló el pelirrojo con un dedo en alto—Es nuestra Artemis.

—De hecho...

—¿Y tú que sabes lo que Ronny quiere en un chico? —Pregunta George interrumpiendo a su hermano y amiga.

— Seguramente un valiente que se le declare y le diga lo hermosa que es, por supuesto. —Menciona el capitán de Quidditch.

—Primero, no soy de nadie y que les quede claro. —Se levanta del sofá con indignación— Segundo, este tema no está en discusión con ninguno de ustedes.

— Yo si ¿No?

—Ninguno, Fred.

Comenzó a murmura distintos sinónimos para el término tonto, mientras se alejaba del grupo que insistía en hablar sobre su vida amorosa. No entendía con exactitud la razón del porque Charlie había tocado el tema, era conciente de que quería molestar a los gemelos, pero no comprendía porque seguía hablando si ya lo había logrado.

—¿Tan mal es hablar con ellos? —Levantó su cabeza para ver al castaño que minuto atrás el amante de los dragones había mencionado.

—¡Oliver! Justo hablabamos de ti. —A veces Charlie era un ser fascinante que a ella le agradaba, pero había veces que no lo comprendía.