♠︎ RONNY ♠︎ ||George Weasley ||

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.・゜゜・UNA NAVIDAD.・゜゜・
DIFERENTE.

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“ Un día me despertaré y será Navidad... Te diré: Feliz Navidad esposa mía. Y tu contestarás: Feliz Navidad, esposo mío.”
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||1991||

Bajando los escalones, la rubia se encontró con dos brazos que le enredaban una bufanda de color azul claro en su cuello. Ronny levantó la cabeza para ver al dueño de los brazos pecosos, y como lo sospechaba, era George.

—Debes empezar a cuidarte, estámos en invierno y tú sales sin abrigo. —Comenta el pelirrojo ante la mirada azulada de su amiga.

—No tengo frío. —Responde la joven.

—Eso es porque tu estupendo y magnífico esposo, te ha cubierto con una bufanda. —Sonríe orgulloso.

— No soy tu esposa... Pero agradezco el gesto. —Responde con una sonrisa antes de ponerse de puntillas para dejar un beso sobre su mejilla derecha— Gracias Georgie.

El Weasley intentó parecer neutral ante la chica, pero era evidente que en sus labios había una ligera sonrisa asomándose. Ambos caminaban a la clase de Quirrell, la materia que más detestaba la Scamander, y no se trataba de que le fuera mal en la materia, de hecho, ella era la mejor de la clase, pero el problema eran las náuseas, y ahora, dolores de cabeza que Ronny debía aguantar durante el tiempo que tardara la clase.

Los dos se quedaron parados frente a la puerta del aula, más, fué la de pecas quien inhala aire con fuerza e intenta entrar, pero el pelirrojo la detiene y la mira a los ojos. Él sabía que ella ya estaba cansada de aguantar lo que sea que la clase o el maestro le causara, y le dolía, le dolía no poder ayudarla.

—Sé que Auron no me agrada. —Ella lo observó— Pero deberías hacerle caso. —La Scamander levantó una ceja con confusión— Solo en la parte en la que pides ayuda a Dumbledore. —Aclara.

—No. Eso ni hablar.

— No quieres que tus padres se enteren, pero debes hacer algo. —Suelta un suspiro— Lo que sea que esté pasando, dejó de ser normal en la segunda semana de clases. Estoy seguro que Dumbledore tendrá la respuesta. —Agrega

—Estoy bien. —Responde rápidamente antes de que el Weasley pudiese replicar.

Ambos se encontraron entrando al salón mientras reconocían el familiar olor a ajo que había habitado entre las paredes de aquella vieja aula designada para que ellos recibieran clases.

Quirrell miró por arriba del libro en sus manos y dejó que su vista se mantuviera en la Scamander que caminaba a su asiento en compañia de George, quien ya tenía sus ojos sobre el hombre de turbante que miraba a su amiga. Temeroso, el profesor apartó la mirada y regresó su atención al libro mientras esperaba que todos llegaran.

—Oye Ronny. —La nombrada miró a su amigo una vez que tomó asiento en el lugar de enfrente.

—¿Qué sucede?

—¿Te dijo George que pasaremos las fiestas en Hogwarts? —Inquiere Fred.

—Me lo dijo de camino. —Responde con una sonrisa de lado. Al hablar en ese lugar, Ronny siempre hacía un esfuerzo doble para no vomitar.