Amor en Ebullición Capítulo 14

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 El invierno ha sido muy fuerte, todo esta blanco y no se ven indicios de señales de vida en las afueras del hogar. Solo el susurrar de  las rafagas al pasar que traian nieves de lugares distantes. A penas se pueden divisar los pinos, a traves de las ventanas, puesto que todo fue trastocado por las largas heladas que nos han acompañado durante estos tres largos meses. Ya han pasado sobre la familia unas cinco tormentas corridas una tras de otras. 

Mientras tanto en la cabaña todo esta en calma

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Mientras tanto en la cabaña todo esta en calma. Todos duermen y el hogar se mantiene bien acogedor pues aunque en calma el calor de las chimeneas y el  calor de familia, hacen del mismo uno muy acogedor y especial. Por la habitación de Adel  se asoma un débil rayo de luz solar. Es la primera vez en  muchos días que se logran filtrar unos débiles rayos solares. Las semanas anteriores lo pasaron todos muy cubiertos tratando en lo maximo de mantenerse calientes. 

Adel, como siempre acostumbraba, se levantó tan pronto como pudo para  mirar por la ventana que daba al jardín y así poder observar el ambiente que circundaba su linda y confortante cabaña. Se estiró todo lo más que pudo en el borde de la cama y se dirigió al baño para darse un buen chapuzón matutino y hacer su anhelado café.  Mientras se dirigía hacia la  cocina le dió con visitar a sus hijas y las mismas dormian placidamente.  Mientras buscaba el cafe y el embase para preparar el anhelado cafe, pensó en voz alta:

  Mientras buscaba el cafe y el embase para preparar el anhelado cafe, pensó en voz alta:

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_ Como ha pasado el tiempo y hasta donde hemos llegado. Cuanto hemos  sufrido, vivido y disfrutado. Pero todos juntos como una familia.   ¿Y Perla...? iDios mío, como llegó a nuestras vidas!. Tan hermosa, tan dulce y mágica. Si ese día Gino no hubiera  ido al lago, jamas hubieramos conocido a Perla.  Ahora es una parte muy importate de nuestras vidas. iDios mío! si he estado hablando sola.

Y rapidamente se puso a prepararlo todo. Pronto la cocina se llenó del delisioso aroma del café recien preparado y asi toda la cabaña se inundó del energizante aroma. Para entonces ya las chicas se habian despertado y estaban preparando las camitas. Ambas estaban felices de estar en casa. Habian continuado sus estudios via online a larga distacia. Aunque que el ambiente se sentia bastante frio dentro de la casa ya la  tormenta se habia alejado y el panorama en los alrededores de la linda cabaña era uno de blanco puro. Se alzaban sobre los arbustos grandes cantidades de espesa nieve haciendo montañas y extrañas formas con los millones de millones de pequeños copitos de nieve, sobre el lecho del bosque y árboles cercanos a la misma.  De pronto Adel se dijo a sí misma:

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