Melodías Hipnotizantes

Estamos En Casa Capítulo 12

La Noche para La Familia Smith fue muy tranquila con excepción de que algunas ocasiones Abel llegó escuchar sonidos fuertes provenientes de lago. Pero las mismas no le dio mucha importancia porque según ella en podían ser unas rocas que estuviera en terminando de caer de bruces al agua o un gran pez saltando sobre las mismas. Así que continuó su descanso pez el día anterior pasó muy atareada y terminó el día extremadamente agotada. Mientras hacia las la tareas del hogar en ocasiones tomaba un descanso en la famosa mecedora que le había regalado a las niñas y con las que ellas se divertían tanto.

Así que después de un día tan atareado se merecía un buen descanso. Ya no era tan joven y las canas adornaban su larga cabellera. Pero aún conservaba el candor y dulzura que tenía desde qué era joven. Mientras descansaba en el ático la habitación preferida de sus hijas sonreías. Quizás soñando con sus amadas hijas Que no eran tan pequeñas O tal vez con su hijo en el día que decidiera regresar y la anhelada llegada de él y su amada Sirena. No sabemos pero se veía su rostro feliz.

Mientras tanto las estrellas comenzaban a desaparecer en el azul terciopelado de la noche pues el astro mayor el sol estaba por asomar sus primeros rayos dorados. En la cabaña todo estaba tranquilo y el lago estaba de igual forma. No muy lejos de allí se encontraba descansando en tierna la extraña y feliz pareja. Gino y Perla; cada cual aprovechando los últimos minutos a descansar antes que despuntara el alba. Estaban cansados y exhaustos después de un largo y agotador viaje; tal como la noche en que llego Perla a las tranquilas y cristalinas aguas del lago. Al contrario ella estaba algo aturdida y extraviada y para colmo súper agotada y allí quedó hasta que Gino la descubrió.

Así que ambos descansaban y el Sol de la mañana comenzaba a levantarse en todo su esplendor. Se podía escuchar en las alturas el graznido Imperial de las águilas y las aves comenzaban a llenar los aires de sus dulces melodías. Mientras tanto en la cueva dónde estaba Gino y Perla, comenzaba a ponerse tibia los imponentes rayos solares. en esos momentos Perla abrió sus ojos y pudo ver el rostro de su amado muy cerca de ella, sonrío . y acercándose más a su amado le besó tiernamente en los labios y salió con dificultad de la Cueva para darse un chapuzón en las frías aguas del lago y así refrescar su delicada y reseca piel. Para entonces ya su piel en esos momentos se encontraba Muy seca y estaba dando reflejos de comenzarse agrietar. De pronto se detuvo en la salida de la Cueva y pienso:

_ No lo sé. Yo entiendo y aceptó lo que soy, y quién soy; pero deseo con toda mi alma ser como Gino, deseo caminar por su mundo, deseo disfrutar su compañía por el bosque que rodea su hogar y me encantaría compartir con su madre y sus hermanas también. Mucho más que estar aquí en el agua. Pues amo a Gino con toda mi alma", Se dijo para si Perla algo sentimental y extrañada.

_ Cuán feliz sería; y qué alegría me daría poder lograr todo eso. ¡Definitivamente me sentiría completa y feliz! Exclamó, zambulléndose en las frías y cristalinas aguas del lago. Nadó y nadó hasta sentirse renovada y feliz; llena de vida otra vez. Entonces comenzó a saltar para poder liberar su espíritu, estirar largo, curvilíneo y esbelto cuerpo; además acomodar sus hermosas y brillantes escamas verde turquesa con destellos dorados.

Gino en esos momentos acababa de abrir sus ojos y pudo notar que Perla no se encontraba su lado ya para esos momentos la cueva se sentía bastante caliente el calor lo hacía sentir sumamente agobiado y con falta de oxígeno. A sí que aligero el paso para salir de la cueva y para su asombro vio a su linda sirena saltar muy alto sobre las aguas y su rostro reflejaba felicidad. El verla tan feliz lo animó a unirse a tan enérgica actividad. Nado y nado y se unió en juegos y risa junto a Perla. Luego espero que ella legara a su lado y la abrazó mirándola fijamente a sus ojos. Y le dijo:

_ Perla, si tú supieras cuan feliz yo soy de estar a tu lado. Cuan completo soy desde que te conocí. Pero mucho más de haber logrado cruzar el mundo para poder estar aquí.