S de Stiles.

4

En el momento en el que Stiles sintió el frío de la noche agolparse contra su piel, sintió pánico y vergüenza.

- No, es pera, yo... uhm, verás... – aclaró su garganta intentando no demostrar su indicio de miedo. – Yo no he... ya sabes, esto.

- O-oh, vaya, uh-uhm – Clark sonrió con sus mejillas completamente levantadas y se sonrojó ligeramente. Pareció encontrar la belleza en algo ajeno a Stiles pues su mirada se apartó y se quedó allí. – E-es bueno saberlo, huh. – rió nervioso. – Y-yo tampoco.

- ¿En serio no? – en dos rápidos y desconcertantes movimientos Stiles ya se encontraba sentado sobre la cama mirando con completa adoración y sorpresa al pelinegro que se rascó la nuca y asintió. – Tío, es como, wow, eres como el segundo hombre más sexy que he visto en mi vida y tú solo- no puede ser, ¡eres malditamente virgo como yo!

- Uhm. – susurró nervioso Clark sin moverse de su lugar, su ropa ya estaba salvajemente desordenada, incluso podía sentir el frío colarse por su costado derecho, el cual estaba débilmente descubierto dejando expuesto la mitad de su abdomen. - ¿El segundo?

- Sin celos, el primero es Superman pero es inalcanzable, así que teóricamente eres el primero por descarte, felicidades. – sonrió mostrando los dientes y levantó ambos pulgares.

Si estaba tan confianzudo no era porque estuviera malditamente caliente y anonadado por realmente – e increíblemente – tener a un hombre como Clark Kent, o sea guapo, rico, más guapo, inteligente, talentoso, y finalmente, guapo. No, no era por nada de eso. Tampoco es como si sintiera las piernas temblándole y las manos debiluchas. Uh, y qué bueno que no se habla de su entrepierna, porque... no, qué bueno que no.

- Ya veo. – acotó Clark asintiendo. – Entonces... deberíamos...

- Claro, ¿te la chupo? Claro que te la chupo, o sea, me muero por- ¿Espera, te refieres a otra cosa? Porque si tienes pensado irte, al menos quiero ver tu polla, ¿puedo?

- Stiles.

- No es como que haya visto muchas en mi vida, ¿sabes? De hecho una vez le vi la polla a mi mejor amigo y fue como, iugh, ya sabes, no homo, pero dude, he visto tanto porno que ya no sé si los gemidos en verdad se dan por placer o se fingen por respeto.

- P-podríamos averiguarlo. – propuso completamente acalorado el ojiverde, lo cual no pasó desapercibido para Stiles, que rió sin pena y se puso de pie a la altura de Clark para tomarlo nuevamente en un beso húmedo y ruidoso.

- Oh, Kent, eres todo un pervertido. – se mofó bajando sus manos con delicadeza mientras contorneaba el esculpido cuerpo de su jefe. Y Dios, si ese hombre seguía virgen entonces la vida le sonreía dándole una oportunidad como esas. – Vamos a ver...

Clark no respingó ni se apartó, en cambio – y a favor para el castaño – simplemente se limitó a besuquear y barrer a boca ajena con su lengua. Aprisionó el rostro angelical de Stiles entre sus manos y se deleitó con el gemido bajito que aprisionó entre el beso. Las manos del castaño bajaron cada vez más, hasta que al parecer hallaron rumbo y se volvieron más traviesas y delicadas.

Stiles empuñó con suma suavidad la polla de Clark y ambos gimieron. El pelinegro por lo estupendo que se sentían los largos dedos de Stiles alrededor de su polla. Y Stiles por lo impresionantemente gigante que era Clark.

- ¡N-o es justo! – chilló y gimoteó a la vez. – No es justo que seas diabólicamente un adonis y tengas una polla a la medida. De verdad que si un todopoderoso está allá arriba debería escucharme y entender que-que no le puede dar lo mejor a los chicos inalcanzables.

- Pero me tienes, aquí estoy. – se regodeó jocoso el mayor. Stiles afianzó su agarre y le arrebató un gemido ahogado.

- Lo sé, yo estoy pidiendo por los demás, soy considerado con el prójimo. – anotó echando la cabeza para atrás dramáticamente; sorprendiéndose gratamente cuando Clark enterró sus labios y dientes en el espacio entre su cuello y hombro.