En épocas navideñas Sasuke suele irse a casa de sus padres y por obvias razones Naruto se queda donde los suyos. Y ahora que ya viven juntos, Naruto se quedó solo con sus gatos no era posible quedarse en casa de sus papás.
Justo a unos días de la partida de Sasuke, Naruto tuvo un mal despertar por sus "pequeños hijos"
*Miau, miau, miau*
-Diablos, ya voy... -Naruto de mala gana se despertó para sacar de la habitación a los gatos, Hachi y Ponchi, eran apenas las 8 de la mañana y en un sábado. Al rubio le parecía el colmo, pues todas las semanas debía despertarse temprano para ir a trabajar y ahora en fin de semana y de vacaciones tenía que hacerlo también, y claro que eso lo ponía de muy mal humor. -¡Como odio que se levanten y me levanten temprano! ¡Anden, ha hacer del baño y comer! -Los gatos se paseaban entre sus piernas y se restregaban en él, mientras les servía agua y un poco de comida. -Ya tienen todo lo que necesitan, ahora déjenme dormir un poco más ¿quieren?
Naruto volvió a la cama y claro que se sentía un poco triste, pues la cama era fría sin Sasuke y para compensarlo dormía de su lado. Tranquilamente volvió a dormir hasta que de pronto escucho como Hachi rascaba el piso, eso normalmente significaba que sentían que su área de comida estaba sucia. Con mucho más malhumor salió del cuarto y encontró un gran charco de orina en medio de la sala.
-¡Por todos los dioses! ¡Hachi! ¿Qué haz hecho? ¡Tu caja de arena esta limpia! -El gato solo se limito a verlo y emitir un pequeño "Miau" -¿Ya vieron que hora es? ¡Es fin de semana y ustedes me tienen limpiando el piso a estas horas! -Con furia saco los utensilios de limpieza y sacó a los gatos al pasillo del edificio para que no hicieran más desastres en el piso limpio. -¡Apesta!
Una vez terminada su labor, se dispuso a meter a los hermanos felinos pero había olvidado un pequeño detalle. En el siguiente piso habían unos vecinos que tenían unas gatas y sabía que Hachi era un casanova, no dudo en buscarlo. A primer alcance estaba Ponchi, lo metió a la casa y cerró la puerta. Corrió al segundo piso, pero a mitad de camino recordó que no tenía llaves del apartamento y por lo tanto no iba a poder entrar.
-¡Por Dios que estúpido! -Con más furia que antes, subió a buscar a su gato y descubrió que la puerta de los vecinos estaba abierta y claramente su gato estaba adentro. -¡Gato malcriado ven acá! -Nuevamente el gato se limitó a mirarlo y responder con un "Miau" -¡Demonios! -Tocó varias veces la puerta para que alguien saliera en su socorro, hasta que una mujer salió de su dormitorio. Obviamente acaba de despertar, eran las 8 de la mañana nadie esta despierto a esa hora. -Hola, disculpa que te moleste tan temprano, pero es que mi gato se metió a tu casa y pues no me puedo meter sin tu permiso.
-¡Ah claro! Pasa, las gatas están escondidas por este pequeño intruso. -Era una fortuna que la vecina tuviera gusto por los gatos, de lo contrario seguro que lo correrían a palazos.
-Muchas gracias. -Naruto a toda prisa paso a cargar al gato, que claramente estaba buscando a las gatas. -Un favor más, fíjate que esta mañana se orinaron en la sala y los deje salir para limpiar, pero resulta que al buscar a este latoso, cerré la puerta con su hermano adentro y nosotros sin llaves. ¿Me prestas tu teléfono para llamar a un cerrajero?
-Jajaja pobres de ustedes, toma. -Con gusto le dio su teléfono y Naruto no tardó en encontrar a un cerrajero que obviamente le cobraría una millonada.
-Gracias y nuevamente una disculpa. -El rubio y su gato negro bajaron y se quedaron sentados en las escaleras, con frío, hambre y sueño. Hachi se le quedaba viendo, como si estuviera esperando a que entraran y emitía todo el tiempo un Miau. Mientras que su hermano no dejaba de llorar porque estaba solo en el departamento y empujaba la puerta. -¡Esto es tu culpa Hachi! Si no te hubieras hecho en la sala, estaríamos adentro, con un café y sin frío. ¡Ahora mira donde estamos y apenas son las 8:30 de la mañana! ¡Te odio! Si tu padre estuviera aquí no habría pasado y seguro que por esto me regañará.
-¿Miau?
Después de 20 minutos llegó el cerrajero y con éxito abrió la puerta, Naruto le pago y al cerrar la puerta pretendía acostarse pero no encontraba a Ponchi, no lo vio por ningún lado y cuando fue a buscar al baño, vio la ventana abierta y ya estaba temiendo lo peor.
-¡Ponchi! ¿Ponchi, dónde estas? ¡Por Dios! -Prácticamente buscó en cada rincón y alzó casi todo, la casa no era tan grande. -¡Sasuke va a matarme y no se dónde estas! -Se sentó a la orilla de la cama y casi se ponía a llorar, cuando de pronto detrás de su cama, escuchó un "Miau". El rubio empujó el colchón y ahí estaba, escondido. En ese momento recordó que el gatito disfrutaba de meterse detrás de la cama. Con furia lo sacó y lo puso en la cama, buscó a Hachi y lo puso junto a su hermano. -¡Los odio tanto! ¡Tu nos hiciste quedarnos afuera y encima te orinaste, y tu casi me sacas el corazón al pensar que habías escapado! ¡Los odio tanto! -Ambos gatitos solo lo miraban y le maullaron una vez más. -¿Qué voy a hacer con ustedes pequeñas bolas de pelo? -Los acaricio y comenzó a acomodar todo para volver a acostarse.
Tanto ajetreo dejo a los gatos agotados y a él con un terrible insomnio. Aprovecho la mañana para llamar a Sasuke y este claro que se enojo al escuchar toda la anécdota, aunque también se reía de lo que le había sucedido a su esposo.
-¿Qué aprendiste de toda esta experiencia, Naruto?
-No dejar las llaves y dejar a los gatos fuera para una lección.
-Si y no. Ya veo que tu me necesitas en tu vida, más de lo que imagine.
-¡Si! Mi vida esta de cabeza si no estas aquí.
-Siempre tengo todo a la mano y soy más organizado, ojala esto te enseñe a serlo.
-Perdón.
-No te preocupes, tan solo faltan 15 días para vernos otra vez.
-¡Es demasiado!
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Vida Cotidiana (Drabbles)
FanfictionUna colección de Drabbles sobre la vida cotiana en AU de Sasuke y Naruto, sucesos de su vida en pareja.