Save Me.

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Esta es la parte en la que ruego al cielo, que alguien me detenga.
Que me dé una señal, de que estoy errónea.
Esta es la parte en donde acabo con la causante de todo mi pesar.
Pero ruego al cielo, que la esperanza llegue de improvisto.
Que me diga... Que aquel barranco no es mi camino.
Estoy dispuesta a dar una última oportunidad a esta vil pecadora.
Espero que los cielos impidan mi último salto.
Y que me diga que no es mi destino.

Analizo cada palabra escrita en el papel frente a mí. No encontré mi agenda, así que usé lo primero que encontré. Estoy totalmente frustrada, y no sé qué me frustra más. El hecho de que no tengo mi agenda, o lo estancada que me encuentro.

¿Qué? ¿Nota de suicidio? Ojalá lo fuera. Fue un simple momento de debilidad, estando a punto de resignarme a no ser nada, a no ser nadie, a saltar al vacío, para acabar con la miseria que rodea mi mente. Es solo pensar y pensar y... ¿Quién diría que sería tan peligroso?

Y dejándolo de lado, me preocupa donde pueda estar mi agenda. Eso es algo que no me lleva a cometer una locura, pero me desespera el solo pensar en manos de quién caerá. Todos mis escritos, poemas o lo que yo considero como poemas, ya que realmente no son lo mío, pero ¡todo está allí!

Espero recordar donde la deje o que alguien me la devuelva en caso de que la encuentre, tiene grabado mi nombre, número de teléfono y dirección. Vaya mierda. ¡Lo peor es que alguien podría leerla! Es como mi vida y ahora cualquiera podría estarla leyendo. Vaya vida de mierda. ¡Leerá mi vida de mierda! Ahora sí que me quiero lanzar de un barranco.

Me concentro nuevamente en la hoja. No es fabuloso; no es original; no es innovador; no es nada; igual que yo.

Es este tipo de cosas, este tipo de escritos que me dicen directamente que nunca llegaré a ser una escritora con talento.

Trozos De Papel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora