Realmente nunca me creí capaz de esto, ni en mis mejores sueños y he de decir que tampoco en las pesadillas, creí que podría tener el valor de sentarme a su lado. Y es que ¿cuántas personas se han sentado al lado de esa su persona especial y han sobrevivido al ataque cardíaco para contarlo? ¡Exacto! Pocas, algunas mueren, otras abandonan la batalla y otras, como yo, no aguantamos todas las emociones y las ganas de gritar y de querer echarse encima de él.
¡Él es hermoso! Tengo ganas de contemplarlo, de admirar su carita preciosa, de tocar su cabello, de besar sus mejillas... De solo imaginarlo... Que alguien tenga el número de emergencias a la mano.
El viaje es lento por no decir retardado. Él pasa en silencio, solo mirando el paisaje por la ventana y moviendo su pierna izquierda de arriba a abajo rítmicamente, ansiedad. Yo por otro lado, paso mirándolo de reojo –sería raro hacerlo directamente- y cuando él logra percibirlo, miro hacia al frente, justo cuando él voltea a mirarme.
Mi corazón late a gran velocidad, mi mente está nublada y mi estómago, realmente no sé si son mariposas o ganas de vomitar. Él sigue moviendo su pierna con gran rapidez; me pasa lo mismo cuando tengo ansiedad, aunque siempre puedo recurrir a destrozar mi labio inferior, o a tronar mis dedos hasta que parecen desgastarse, con tal de que llego al punto en que ya no traquean.
¡Por Dios! Haz algo niña ¡espabila! Esta es una oportunidad de oro, a saber, cuando te volverás a cruzar con él por casualidad.
No te burles, es difícil, abro mi boca... Y nada sale de allí.
Espera... ¿Me lavé los dientes? No quiero tener una boca apestosa en la primera conversación, bueno segunda, aunque estoy segura de que no se acuerda de la primera.
¡Háblale!
—Oye —me mira. ¡Ay, carajo! —, ¿tú eres hijo de la señora Demi?
Me mira. Sus ojos cafés son hermosos.
—¿Antón? —cuestiona. «No, Lovato mijo». Asiento. —Sí.
—Es que creí verte con ella una que otra vez, yo soy hija de su hermano, bueno, no biológica, pero él es como un padre para mí.
—Te he visto.
Hijo de... ¡La grandísima! Se ha fijado en mí ¡ah!
—Sí, nos conocimos cuando pequeños, aunque pasaba más tiempo con tu primo, Alejandro.
—¿Nos conocemos?
—Bueno, sí. Una vez mi papá Gilbert, tu tío, nos llevó a mi hermana y a mí a la piscina de tu abuela y tú y Carlos llegaron después, estuvimos jugando con un balón.
Sorpresa. Eso refleja su hermosa carita en estos instantes. ¿No lo recuerda? ¿Por qué eso se siente como una apuñalada a mi corazón?
—No me acuerdo de eso. —«No me recuerda». Es decir, que tampoco recuerda que casi me besa en aquella piscina.
¡Cálmate, mujer! No es momento de corazones rotos, tampoco de tirar la toalla. Habla con él y por favor, tal y como lo haría una persona civilizada.
—Yo si me acuerdo. —y vaya que sí —. ¿Cómo te llamas?
Eso ya lo sabes.
Sí, pero él no sabe que yo lo sé. Por lo tanto, no hay problema, tengo que aparentar.
—Jesús.
Jesús. Guau. Tenía que llamarse como el hombre al que nombró hasta cincuenta veces al día.
—Mi nombre es...
—Déjame adivinar. —me interrumpe —. Carla.
—No.
—Es que tienes cara de llamarte así.
Me quiero reír. Ósea, ese no es mi nombre, pero sí estuvo algo cerca. Ósea que las Carlas tienen un rostro como el mío... Okay.
—Karolin. —sonríes. ¡Ay, esa sonrisa!
—Estuve cerca.
Y estás cerca de muchas otras cosas, solo que no te das cuenta.
Que nerviosa me siento por estar a tu lado,
Creí que desfallecería por estar contigo, hablando.
¡Y qué Dios me libre de decir una tontería!Tu mirada seria se convirtió en una sonrisa,
Y se calmó tu compañera ansiedad.
¡Quiero salir corriendo!Una pregunta necesité y un "hola" me bastó.
Una conversación entablamos y con una sonrisa me conformé.
Y esa gruesa voz se dirige a mí con amabilidad.
¡Y qué Dios me libre de hacer una tontería!Y que Dios me libre de ir más allá.
Pediría que me libre de terminar enamorada, pero esa es una batalla ya acabada.
Y te declaraste vencedor,
En donde he de proteger a mi indefenso corazón.¡Uf! Cuando lleguemos a la universidad lo escribiré.
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Trozos De Papel.
Teen FictionMi crush no me tomo en cuenta *escribo sobre su linda sonrisa y su bello caminar*. Mi mejor amigo es el peor *escribo sobre sus futuras causas de muerte*. Mi hermana y yo nos peleamos *escribo sobre sus futuras causas de muerte*.