Atrapado

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Mara:

—El Doctor Spencer nos dijo que una mujer que no trabaja en este hospital vino a verla.—Dice el Oficial Burton.

El Oficial Burton llegó al hospital al día siguiente para interrogar e sobre lo sucedido la noche anterior. La mujer que se había hecho pasar por enfermera había logrado escaparse de dos gorilas y un doctor del que ahora no confío.

—Si, pero no conozco a esa mujer.—Digo simplemente.

—Entiendo. ¿Me podría decir que fue lo que habló con ella?

—Yo no le hablé, ella me habló a mí; pensé que era una enfermera pero parecía conocerme por la confianza con la que me saludó.—Dudo en responder porque algo en ella me hizo sentir que podía confiar.— Solo me sugirió que me cambiara de hospital.

—¿Le dijo el motivo por el que debía cambiarse de hospital?— Me mira fijamente.

—No— Miento.

El oficial alza sus cejas—¿Me está diciendo la verdad?

—Si—No—¿Por qué habría de mentir?

—No lo sé, a veces creo que dice la verdad, pero otras veces pienso que es una perfecta mentirosa.

Me encojo de hombros restándole importancia—Allá usted si me quiere creer, no voy a rogarle que lo haga Oficial Burton, y con su permiso que me están rugiendo las tripas del hambre que tengo—Le manoteo hacia la puerta para que salga.

—¡¡Mara!!—Exclama mis padres enojados. Los ignoro.

El Oficial me mira mal.

—Es usted una grosera, pero, ¿Qué se puede esperar de una niña riquilla que lo tiene todo arreglado con el dinero de sus padres?

Ruedo los ojos—¿Me esta culpando de que mis padres sean ricos?—pregunto mientras me tomo mi caldo.—Lo siento por usted si no tiene las respuestas que quiere al venir a verme pero yo no tengo la culpa de que mi memoria de porquería no recuerde nada.—Siento como la impotencia y la rabia me consumen.—Ya me tienen arta con tanta preguntadera, nadie es capaz de decirme una puta mierda y yo tengo que reconcomerme la cabeza para darles respuestas. ¡¡Al Diablo!!—Le levanto la voz y golpeo la bandeja del desayuno con los puños.

Siento pena por mi madre que se sobresalta por el ruido que provoqué con los puños.

—Mara por Dios, ¡Tranquilizate!—Me pide pide mi padre.

—¡¿Como quieres que me tranquilice?!, ¡¿Eh?!—Le digo con lágrimas desbordando de mis ojos—¡¡No me puedes pedir que me tranquilice cuando hay una persona muerta quién sabe por qué y yo que soy la única persona que puede exclarecer esto me siento como una zorra que engañó a su novio y que es la única sospechosa!!

—Es suficiente Mara—Me ordena con la voz tranquila. Se acerca y limpia mis lágrimas—No puedes llorar sobre la leche derramada, tienes que enfrentar las cosas. Tu vida ya no va a volver a ser igual, ya has dejado de ser mi niña.—Me besa la frente.— Antes jugabas con las muñecas y ahora que eres toda una mujer lo vas a po...

—Frank... —Dice mi mamá interrumpiendolo con la voz rota.

—Pro-prometo que voy a ayudarte cielo; Yo voy a encargarme de que puedas recuperar tus recuerdos. Quiero parar tu sufrimiento y vas a ver que arreglaré todo de manera correcta para que salgas ilesa de todo. ¿Vale?.

Mi padre siempre ha sido comprensivo; ambos lo son pero mi madre es la que siempre me anima a hacer las cosas, a ponerme metas y a salir adelante fue la persona que me llenó de autoestima. Mi padre en cambio ha sido siempre como mi super héroe, siempre me soluciona todo, si tenía una necesidad, la que fuera, el era quien estaba pendiente de que nada me faltara. Con ellos nunca, jamás me faltó el cariño.

HIPNOSISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora