¹ SEEKING STARS •°. Liam Dunbar

O4.

—Siento que nos oculta algo—murmuró Mason en un vorágine de emociones controladas por la duda e inquietud. A su lado nuestra chica de ojos castaños hacia flexiones. —Por fin ¿resolviste el hecho de haber llegado a tu casa sin recordar?

—No y prefiero no hablar de ello, quiero pensar que solo fue una afortunada coincidencia. Papá ha estado muy raro, ¿sabes lo que me dio hoy en la mañana cuando le dije que vendría al bosque a entrenar?—de la bolsita de su pantalón deportivo dejó ver un peligrosa navaja de brillante metal.

—Bueno a decir verdad yo también preferiría cargar con una de esas cosas por si acaso. Con todo lo de Violet y Garret mejor ser precavidos.

—Ni siquiera menciones sus nombres es que... jamás me dieron buena espina, ella era como un camaleón; sabia como acomodarse a la situación pero nunca pude verla como a una amiga.

—No solo es el hecho de que se hayan hecho pasar por nuestros amigos.

—¿Quiénes?—una tercera voz irrumpió entre ellos. Sabrina rodó los ojos soltando un suspiro exasperado.

—Mason, ¿lo invitaste?

—Ambos son mis mejores amigos así que eviten querer escupirse mutuamente y limítense a correr—la chica rodó los ojos posicionándose a lado derecho del moreno mientras que el rubio hacia lo mismo pero de lado izquierdo, siendo así el trío inició su caminata. No pasaron muchos minutos hasta que Mason dejó explotar todo su asombro acerca de los hechos recién acontecidos nuevamente. —¿Si se dan cuenta de que nos usaron verdad? Quiero decir, como cuartada—lejos de prestar atención de más al moreno, los otros dos compartían miradas rivales acelerando la velocidad de sus pasos dejándolo un poquito detrás mientras continuaba hablando. —Unos asesinos profesionales nos usaron, ¿Por qué no están enloqueciendo por eso? Oigan, no tan rápido, esperen.

—Créeme, estoy enloqueciendo por muchas cosas—pronunció Liam en una exhalación efímera mientras huía a una velocidad inhumana de sus compañeros en cuestión de segundos quienes se vieron sin encontrar respuestas. La chica tomó de sus rodillas tratando de controlar su respiración sentía el corazón salírsele.

—Imbecil.

Mason pasó por su lado trotando un poco más lejos sin encontrar ni un rastro de Liam. Preocupado volvió con la chica quien lo esperaba exhausta tirada en el suelo.

—¿Ves a lo que me refiero?

•°. *

La clase de química avanzada transcurría pacíficamente. Sabrina anotaba todo lo que podía en su cuaderno al mismo tiempo que se encargaba de trazar un bonito margen de colores pasteles en las hojas de este. Satisfecha sonrió para sí misma dejando a un lado sus marcadores y concentrándose por fin en la pizarra aunque después de todo no era como que realmente lo necesitara; había pasado varios años de su infancia y pre adolescencia encerrada en las paredes de uno de los mejores internados de un país extranjero, la ventana de su lado fue golpeada mal y bruscamente por una piedrita llamando la atención de todos los alumnos dentro del aula escolar e incluida la de la profesora que miraba a un Mason sonrojado que sonreía viéndose descubierto. La Márquez acomodó entre sus hombros su mochila de cuero purpura y se escabulló sin éxito huyendo de aquel salón.

—Mason, un texto hubiera sido más fácil y hubieras llamado menos la atención—le regañó en un murmulló cuando estuvo con él. Se detuvo cuando la mirada café intenso del chico la dirigieron al que estaba detrás suyo. Ella los miró sin entender porque 2+2 no explicaba el resultado de porque Scott se encontraba ahí.

—¿Qué está pasando?—tomó la mano de Hewitt y Scott los miró sin querer causarles lo que fuera que su cerebro estaba maquinando pero ante el panorama solo parecía empeorarlo y era de entenderse, es decir, no es como si él y sus amigos se hubieran ganado la confianza de los dos amigos a quienes acorralaba.