¹ SEEKING STARS •°. Liam Dunbar

1O.

—Gracias por recibir el paquete—saludó Sabrina cuando vio llegar al Hewitt al bosque donde se habían citado, en sus manos reposaban un par de arcos armados con su demás equipo; navajas para caza silvestre de diferentes tamaños.

—Así que...¿cazadora, uh?—le dijo mientras las analizaba con un poco de distancia entre ambos, su amiga se había encargado de confesarle toda aquella nueva realidad a través de una larga videollamada.

—Lo sé, necesito aprender por mi propia cuenta todo esto porque no tengo idea si venga incluido de nacimiento o si las habilidades surgen con la edad o mediante un experimento, como en las películas. Y tú me ayudarás a descubrirlo.

—Gracias por incluirme—musitó mientras la ayudaba a acomodarse el carcaj por sobre su espalda tal como lo había visto en Internet, la noche anterior. —Creí que estaba volviéndome loco con todo lo que está pasando en Beacon pero ya vi que mis pensamientos no van muy lejos de la realidad. ¿Qué hay de Liam?

—Para él aun no es momento—prosiguió, tomando las manos del moreno con las suyas, deteniendo el camino que su la pregunta quería tomar y de la cual no desistía. Estaba contento de que su amiga lo hubiese incluido y necesitado para resolver todo el panorama frente a ellos pero también se preguntaba que tanto ocultaba Liam para que fuera más fácil confesar ser una cazadora antes que lo de este. —Ambos debemos saber que será seguro poder contartelo, pero yo no podría hacerlo sin ti. Todo esto—señaló con un suspiro efímero las armas esparcidas ante los muchachos. —Sé que papá esconde todas las armas que debemos tener... supongo, por eso me vi obligada a pedir todo esto en tu casa, me salió bastante caro y estoy segura de que no es nada comparado con lo que en realidad los cazadores tendríamos que usar pero... ¡Mason!—rió llamando la atención de su amigo que parecía seguir cada una de sus palabras sin mucho éxito.

—Lo siento, me perdí imaginando a tu padre usar todo esto. Es que woah, ¿puedes creerlo? No solo es un medico increíblemente sexy sino un cazador increíblemente sexy también.

—No, no puedo imaginarlo—respondió indignada, tomando con gracia aquel comentario. —E intentaré borrar esa imagen que insertaste muy bien en mi mente.

—¿Sabes? Quizá deberías entender su razón de ocultarte todo esto. Ya te habrás dado cuenta de que no es nada fácil. Y él se encargó de darte una vida tranquila, sin peligro... hasta donde pudo.

—Créeme, lo sé. Pero no puedo continuar esperando a que algo me suceda y que me rescaten, ni permitir que quiera separarme de Liam, ¿sabías que amenazó a Scott?

—Entonces—canturreó con los brazos cruzados. —¿Tú y Liam?

—¿Qué?—tomó un respiro volteando a verlo. Hasta el momento todos sus tiros habían sido perfectos, uno tras otro, se sentía extasiada.

—¿Vas a seguir negándolo?

—No puedo negar nadas si no tengo idea de lo que hablas—respondió con aquella habilidad suya de evadir la situación como si no pasara nada. Su celular sonó con un mensaje del Dunbar al mismo tiempo que Mason, quien acostumbrado a ese tipo de respuestas, bufaba. Tomó una de las dagas que iban incluidas en su paquete y la lanzó de espaldas, orgullosa de sí misma cuando la vio encajarse en el centro de su objetivo. —Y hablando de él, necesito que me lleves con Stuart Strinski no traje mi camioneta, y parece que Scott está desaparecido.

—¿Quién?

•°. *

—Creí que no llegarías.

—Liam debes dejar de pensar que yo no estaré contigo cuando lo necesites—un gesto dulce se posó en los labios de este mientras la dejaba ingresar al interior de la casa. Miró curioso el aljaba que colgaba de su hombro izquierdo gracias a la correa de cuero.