✎ . . ⇢ ˗ˏˋ precioso cover por sirentale ˎˊ˗ ꒰ 🥀 ꒱
SEEKING STARS | Liam Dunbar no creyó reencontrarse alguna vez con quien significó el amor platonico de su infancia entera, mucho menos convertida en la abeja reina de su nuevo instituto.
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Un par de bolsas de cartón marron colgaban de las manos de Sabrina mientras se balanceaba por los relucientes pasillos del hospital de Beacon Hills con su larga cabellera meneándose al compás de sus cortos pasos, en ellas portaba varios recipientes abarrotados de diferente comida; verduras, carne y gelatina para Melissa quien le habia contado que últimamente intentaba alinearse a alguna dieta, un sándwich de pavo del restaurante favorito del mayor de los Márquez acompañado de ensalada de espinacas y pizza hawaiana para el padrastro de Liam quien últimamente, al ver el interés de Sabrina por el chico bajo su resguardo cuando este había estado desaparecido y al enterarse también de la historia que los unía por la madre del rubio estaba buscando formar una estrecha comunicación con la castaña, objetivo que al parecer iba viento en popa y es que el hombre se encontraba encantado por la idea de la presencia de la Márquez en la vida del chico. Fue entonces cuando el médico la encontró, en medio del pasillo, esquivando a los paramédicos que entraban y salían sin medir precauciones.
—¡Doctor Geyer!—le llamó la castaña corriendo hacia él tan veloz como sus piernas lo permitían, David la esperó pacientemente con una sonrisa serena. —Todo el mundo está vuelto loco hoy, no encuentro a mi padre ni a la señora McCall por ninguna parte.
—Bueno... es de esperarse, trajeron a dos oficiales heridos hace un rato, uno está en observación y el otro ya tiene un cuarto asignado—hablaba mientras se dirigía a una maquinita digital que se encontraba pegada en una de las esquinas del lugar, Sabrina miraba atentamente todo sus movimientos, sabía que buscaba información acerca del paradero de los otros dos adultos. —Joseph entró a asistir una cirugía hace media hora y Melissa está con él, un niño con un juguete en el estómago.
—Entiendo... supongo que dejaré la comida en su consultorio. Por cierto, no me olvidé de usted—con una sonrisa radiante reluciendo de entre sus bonitos labios coloreados por gloss en tono nude entregó el paquete al médico que lo recibía gustoso. —Pizza de hawaiana, un pastelito de vainilla que yo misma horneé y té verde. Espero lo disfrute.
—Será más que suficiente, Jenna adora todo lo que tú horneas así que es probable que el pastelito lo guarde para ella.
—Genial, seguro. La próxima vez traeré dos entonces, acabo de encontrar una recete en internet que muero por cocinar. Por cierto... ¿Cómo... cómo está Liam?
—¿No han hablado?—con una ceja enarcada miró a la niña que caminaba a su lado, con sus redondas orbes oscuras mirando atentamente a todas direcciones pero prestándole atención a la charla que mantenían. Ella negó.
—No es como si él y yo tengamos una buena relación pero Mason lo intenta, estaba bastante preocupado cuando Liam desapareció pero no le ha escrito hasta donde sé. Y por favor no le diga que pregunte sobre él.
—No lo haré, creo que tú y Liam saben la razón de porque siguen guardando distancia y si así quieren que se mantenga no será de otra manera, y hablaré con él, últimamente ha estado bastante distante, no es ese el cambio que Jenna y yo buscábamos. Sabrina, si puedo preguntar... ¿por qué tanto misterio entre ustedes?
