O6.

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Una nueva mañana. Mason caminando a su lado con aquella vibra contagiosa que solo él lograba. La noticia de la fogata de la escuela al fin esparcida entre todos los estudiantes. Ah, iba a extrañar aquel ambiente.

—¿Sabes? no siento como si fueras a irte. Me niego a aceptar la idea.

—Es la primera fase; negación.

—No, no te veo lejos de aquí, tú ya eres de Beacon Hills. Además, realmente no acepto que vayas a dejarme solo en la preparatoria.

—No estarías solo, tienes a Liam—Mason sonrió con malicia, las buenas nuevas de la reconciliación entre Dunbar y Márquez le habían caído como regalo y él era más que materia dispuesta a pensar que algo entre ellos dos pudiese nacer o renacer. Pero claro, su idea no iba a expresarla, solamente se limitaría a ver como la naturaleza de la atracción hacia lo suyo.

—Hablando de él—la joven rodó los ojos con diversión. —Me alegro tanto de que al fin podamos estar los tres sin que yo tenga que intervenir entre ambos. Iremos a la fogata, tomaremos bastante, podrás conseguir algún chico guapo del equipo, yo haré lo mismo y Liam irá con una linda chica que encontremos por ahí.

—Creo que sería mejor si solo somos los tres. Lo merecemos—el pecho del moreno se infló de orgullo mentalmente. Y antes de que pudiera responderle se encontraron con Dunbar caminando ensimismado. La misma actitud que Sabrina había percibido en él la noche anterior, tal como su amigo advertía; algo raro pasaba con Liam y esta vez, ante la nueva oportunidad, no iba a detenerse hasta encontrar respuestas o en su caso, una solución.

—¡Liam!—saludó Mason frenándolo de golpe obligándose con eso a voltear a verlos. Cinco segundos posó su mirada en la muchacha de suéter verde que estaba ahí, tan bonita como siempre con su cabello perfectamente alaciado danzando tras de su espalda. Y fue así como una olita de tranquilidad llegó hacia él. Ese era el efecto que Sabrina provocaba en aquel nuevo hombre lobo. —¿Te veré en la fogata en la noche?

—Mmm...pensaba no ir a eso—reprimiéndose a la que fuese que estaba sintiendo negó con la cabeza al mismo tiempo que respondía.

—No puedes faltar—replicó la joven ganándose la intensa mirada verdosa a la que ya estaba acostumbrada.

—¿Por qué no?

—Porque estás en el equipo de lacrosse—le dijo Mason con obviedad en su voz. —¿No tienes que ir?

Liam balbuceó buscando una respuesta, miró hacia el lado contrario de sus amigos y una fugaz visión de aquellas criaturas a las que había tenido que enfrentarse llegó a su mente. —No...no creo que llegue.

—Vas a ir—sentenció Hewitt. —Y encontraremos una chica linda con la que puedas hacer el ridículo—Sabrina le dedicó una de esas miradas que destilaban veneno.  —Y un jugador de lacrosse para cada uno de nosotros—Liam por su lado no pudo evitar que en su rostro se dibujara una mueca molesta. Qué bien se sentía obtener esas expresiones de sus amigos, le encantaba porque parecía ser el único que de daba cuenta de lo que pasaba.

—Seguro. Estaré ahí—murmuro mientras se alejaba apresuradamente del lugar, otro puchero molesto se hizo visible en los labios de la niña que se mantuvo efímero al darse cuenta el estado de psique en el Liam huía. Quizá alguna de las respuestas estaba en una de esas hojas que extrañamente su impresora había producido la noche anterior cuando se encontraba sola —ganándose un susto tremendo con ello— y en la cual el nombre Liam Dunbar brillaba junto al número 18.

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¹ SEEKING STARS •°. Liam DunbarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora