Epílogo

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Advertencia

Este capítulo contendrá escenas sexuales, así que si no las quieres leer detente aquí.


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{Meses después}

Está de más decir que ahora Anna y Elsa eran pareja; son la pareja más tierna que sus amigos y familiares hayan visto.
Su romance es algo a la antigua: flores, cartas y chocolates...

Hoy era un día importante para la pareja. Hoy iban a dar un gran paso al mudarse juntas.

Anna cargaba varias cajas apiladas sobre ella. Eran muy pesadas. Dió unos torpes pasos pero era imposible, no iba a llegar muy lejos. Trató de dar un paso más pero se tambaleó haciendo que las cajas sobre ellas hagan la misma acción.
Antes de que las cajas cayeran, la chica albina hábilmente las sostuvo todas con una sola mano mientras que con la otra agarraba la cintura de Anna para estabilizarla; acto que hizo sonrojar muchísimo a la pelirroja, no sabía lo fuerte que era su novia. Otros pensamientos impactaron en su mente, acorde pasaban los días de su noviazgo, Anna sintía más la necesidad de sentir el cuerpo de Elsa. Quería hacerla suya, pero era muy tímida para eso.

—¿Amor que está pasando en tu mente? —dijo Elsa con una sonrisa burlona sabiendo exactamente lo que Anna pensaba pues su labio inferior estaba siendo ligeramente mordido.

Anna apretó más fuerte su labio, Elsa la ponía y mucho.

La mano de Elsa que se encontraba en la cintura de su novia empezó a descender lentamente provocando a Anna.

Anna cerró sus ojos y un pequeño suspiro se escapó de sus labios. Elsa quitó sus manos con su sonrisa burlona dejando a Anna totalmente sonrojada y con ganas de más.

—¿Subimos? –hizo un gesto con la cabeza indicando su departamente.

—Ah s-si. –respondió Anna agarrando una de las cajas que cargaba su novia, para ayudarla aunque sea un poco.

La tensión sexual en el elevador se podía sentir a kilómetros. Las puertas del elavador se abrieron dando paso a las dos enamoradas.
Se detuvieron frente una puerta, ambas sonrieron. Aquí sería su nuevo hogar. Un hogar donde ambas estarían juntas para siempre.

Anna ingresó la llave y empujó la puerta dejando ver un espacio moderno y al gusto de ambas.
La pareja entró cerrando la puerta y Anna apoyó la caja que estaba cargando pero un fuerte golpe arrancó una mueca de dolor en la pelirroja.

Elsa había empujado a Anna contra la pared.
La pelirroja se encontraba con los ojos cerrados y con una ligera mueca de dolor.

—Amor ¿qué rayos estas hac....—dijo Anna.

Anna abrió sus ojos encontrandose con los azules ojos de Elsa que la miraban con una intensidad, sus ojos estaban llenos de deseo y lujuria por su novia.

Ante esto Anna se limitó a morder su labio inferior provocando a Elsa que se estaba acercando lentamente sin despegar sus ojos de Anna.

Sus labios impactaron en un fuerte beso lleno de pasión.
Sus labios se movían al compás de la otra, cada una tratando de dominar a la otra pero Elsa era mucho más astuta.
La mano de Elsa recorrió las piernas de Anna hasta llegar a sus muslos para luego dar un pequeño apretón al trasero de la pelirroja.
Anna entreabrió un poco sus labios siendo tomada por sorpresa ante la acción de Elsa.
Elsa sintiendose victoriosa por lograr su cometido ingresó su lengua en la boca de Anna, al fin pudiendo dominar aquel beso.

Anna dió un salto entrelazando sus piernas con las caderas de Elsa, sin dejar de besarse.
Elsa con pasos firmes caminó hasta su dormitorio depositando a Anna en su cama.

La imagen frente a ella la dejo boquiabierta.
Era Anna tendida en la cama con sus labios rojos e hichados, estaba totalmente sonrojada y excitada. Esta imagen fue la que colmó a Elsa haciendola abalanzarse sobre su novia volviendo a besar sus labios.
Su labio fue bajando por el cuello de la pelirroja dejando besos por él.
Procedió a morder el cuello de Anna hasta dejarle una marca, esto arrancó un gemido por parte de la pelirroja haciendo que Elsa levantara su vista y mirara a Anna.

—¿Te gusta...? –dijo Elsa con una voz sexy.

Anna volvió a gemir ante escuchar las palabras de su novia. La voz de Elsa estaba ronca y se escuchaba llena de deseo, eso fue lo que hizo que Anna se excitara mucho más.
¿Cómo era posible que solo con escuchar su voz gimiera?. Se preguntó Anna.

Elsa aprovechó el despisto de su novia para arrancar sus prendas y quitarse su sostén, dejando a la vista de Anna sus perfectos y firmes senos.
Anna se levantó un poco para quitarse su remera y sostén haciendo que la mirada de Elsa recorriese su cuerpo. Eso la puso sumamente nerviosa, y eso le gustaba.
Elsa volvió a besar su cuello bajando lentemente para toparse con los senos de Anna. Dió un mordisco al izquierda mientras masajeaba el derecho mientras que de la boca de Anna solo salían jadeos.

Elsa dejó de prestar atención a los pechos de Anna para bajar con besos húmedos hasta su abdomen. Su boca subía y bajaba pero no llegaba hasta la intimidad de Anna. Esto la molestaba muchísimo. Elsa la estaba haciendo sufrir.
La intimidad de Anna latía ante la necesidad de sentir a la albina pero ella se encontraba besando su abdomen.

—Joder Elsa.... –consiguió decir entre suspiros. –si no bajas allá ahora mismo te juro que te mataré...

Una corta risa se escapó de los labios de Elsa.

—Como ordenes, princesa.

Dicho esto bajó a la intimidad de Anna pasando su lengua lentamente por todas sus zonas.

Elsa pudo notar como los músculos de Anna se contraían indicando que estaba por llegar a su clímax.

Elsa introdujo dos de sus dedos en el interior de Anna pudiendo sacar un sonoro gemido.

Metía y sacaba sus dedos mientras que con su lengua daba movimientos circulares en el centro de Anna.
En la habitación lo único que se escuchaba eran sus respiraciones agitadas y gemidos.

Anna con sus piernas atrajo a Elsa más a su intimidad. Estaba por llegar a su final y quería tenerla cerca.

La paredes de Anna se contrajeron por lo que Elsa aumentó su velocidad hasta que un fuerte gemido salió por la boca de su amada, luego lamió sus dedos que se encontraban totalmente húmedos a causa del orgasmo de la pelirroja.

Elsa se acostó exhausta al lado de Anna y juntaron sus labios en un beso lento y suave.

Anna era lo mejor que le había pasado a Elsa.
Elsa era lo mejor que le había pasado a Anna.
Ambas eran lo mejor para la otra.
Eran muy felices.

Se unieron en un abrazo para luego quedarse dormidas con una sonrisa en su rostro.

Nada, absolutamente nada las separaría.

Sin Palabras 《Elsanna》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora