Un día pasó, dos, tres, cuatro y cinco.
Los padres de JiSung ya habían regresado, Mark llegaría en dos días y pronto tendría que contarle a JaeMin que tenía una relación y que Lee no era su primo.
Durante el periodo sus sueños eran sublimes, alegres y calidos, ya no pasaban imagenes raras ni irreales o extrañas y antiguas, ahora soñaba su día a día, momentos tan simples que pasaba al lado del hermoso chico con amplia sonrisa. Aquella semana, Na y Park pudieron conocerse mejor, en tan poco tiempo lograron crear un lazo fuerte, como si ya en un pasado hubieran estado siempre juntos. El remordimiento seguía palpitante en el pecho del castaño, pensaba que el mayor al enterarse de su engaño no querría volver a tenerlo nunca más, y cuando hablamos del mayor nos referimos a Na JaeMin.
Las tardes con su príncipe eran mágicas en el cuarto del menor. Ambos empezaban con un beso y poco a poco lo volvían más profundo, consumiéndose en el y terminando con sus cuerpos sobre la cama. JiSung debajo, aguantando todo el peso de su chico sentado en su pelvis, miraba con mucha atención como el acto lo absorbía, de arriba a abajo, lo tenía hipnotizado, el azabache hacia ruidos irrepetibles y cada nota aguda que salía de sus labios quedaba impregnada en su memoria. Posaba las manos en las caderas del contrario y hacia que este diera movimientos circulares que lo llevaban al límite, JaeMin podía aguantar hasta el día siguiente si fuera por el mismo, pero Park aún no tenía tal capacidad y aquella desastroza déficit ponía de mal humor al más bajo.
En los tiempos en que RenJun era su enamorado, las tardes, noches y días eran algo que añoraba Na cuando sentía el líquido cálido de su pequeño alto vaciarse en su interior aún cuando él no podía ni sentir en la yema de los dedos el orgasmo ¿Cómo podía tener nuevamente esa sensación? ¿Qué debía hacer?
El mayor podría ser pacífico y amigable con las personas, pero era diferente en privado, demasiado demandante, quizá ese siempre fue su problema y tal vez RenJun estaba agotado de él en todos los sentidos. Na se podría describir como alguien absorbente, apasionado, libre y todo ello lo expresaba cuando hacía música y tenía sexo.
Días pasaron y Park le pedía paciencia a su azabache por medio de mensajes y llamadas con la excusa de que tenía exámenes y debía entregar dos resúmenes de unos libros con tantas páginas como las que tiene Don Quijote de La Mancha, cosa que era real, porque paralelo mientras JiSung pensaba como terminar con Mark, hacía su tarea. Na decidió distraer su tiempo armando notas en el pentagramas, aprendiendo nuevas canciones, de paso prácticaba mejorar a tocar el piano y violín, pero no podía concentrarse del todo. Ahora, se supone, tenía pareja y quería pasar todas las horas completas de su tiempo de sobra con él, quería besarlo, abrazarlo y tenerlo dentro suyo, aunque él único que quede satisfecho sea el menor.
"Park, Park, Park JiSung"
Quería decir muchas veces en el oído de su amado.Pensaba en clases que tal vez deberían cambiar posiciones, el castaño recibiría y él podría seguir y seguir hasta que su cuerpo le diga "¡Ya basta!" Se lo diría al pequeño. Recordó los tiempos con Huang, cuando él quiso ser el de arriba y Ren no paraba de reír cuando lo tocaba en la zona baja, a RenJun no le gustaba y a él tampoco, se sentía bien, pero si Huang lo hacía era mucho, muchísimo mejor.
Entonces aquella noche mientras jugaba a ser el activo, RenJun lo miraba divertido, le acariciaba el cabello, lo besaba lento y corto, susurraba en su oido y esto hacia erizar su piel, el pelinegro era magnífico para esas cosas, sus dedos pasaban con habilidad sobre su espalda y abdomen, en la primera embestida Huang lanzó una carcajada y negó con la cabeza mirando a otro lado, rió y rió hasta que JaeMin se rindió y le pidió con suplicas que él lo tomara. RenJun vaciló por un momento, pero vió la cara sonrojada del azabache y le dio lo que quería. Una y otra vez gritó el nombre de su, en ese entonces, enamorado mientras lo besaba y apegaba a su cuerpo, sentía sus latidos como melodía de tambor y el aliento pesado y gemidos graves del mayor como si soplara una flauta sin agujeros.
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Conocí a JaeMin [JaeSung]
Fanfiction"... Y los sueños, sueños son." La frase había hundido en su memoria, la historia era distinta, pero aquella oración relucía siempre en la ciénega de lo que había olvidado o de lo que alguna vez más adelante recordaría. La historia comienza cuando a...