Los escalones estaban mojados y era necesario tomar el ascensor para no sufrir ningún accidente.
Iban a la par Huang RenJun junto a Na JaeMin, el de cabellos negro noche y el de sonrisa amplia, como en tiempos pasados el azabache cargaba la mochila del chico a su lado, se sentía como antes y como era antes estaba bien.
— ¿Deberíamos ver a JiSung? Se sentirá muy feliz de volver a verte.
Soltó el mayor cogiendo la mano de quién pensaba era su chico.Na se escarapeló y rápidamente negó una y otra vez, si Park los veía, todo llegaría a su fin y el fin era algo que aún el hermoso príncipe no quería experimentar. Soltase la mano de quien lo tomaba y se acomodó el cabello buscando una excusa rápido y creíble, entonces recordó.
— No podemos, mi enamorado estudia en esa facultad.
No podía mentirle a dos personas al mismo tiempo, pero sí podía ocultar datos y entonces al único que engañaría sería al alto de cabellos castaños.— Aún mejor, así se enterará de nosotros y no tendremos que ocultarnos.
El pelinegro se le acercó peligroso queriendo robarle un beso, pero JaeMin fue más ágil y rápido, dió un paso atrás evitando el contacto de sus labios con los del contrario.— Dame tiempo. No sé si de verdad quiero volver contigo.
Lo soltó sin pelos en la lengua, seco, sin sentimiento alguno, muy parecido al trato que Huang tuvo en algún momento con él. Como si no le importase que clase de emociones crearían sus comentarios.— Eso fue rudo.
Expresó el mayor algo cabizbajo.— De verdad lo quieres... Ahora entiendo, pareciera que haces esto para lastimar.El azabache no dijo nada y miró a un lado, definitivamente no había razón en comenzar a hablar de su vida y como la manejaba. No era tema que tratar con RenJun, él solo era algo que satisfacía sus deseos, deseos que JiSung hasta entonces no podía llegar a saciar.
Era sábado por la tarde y el menor hizo sonar el celular del chico que estudiaba música. JaeMin salía de la ducha y a la tercera vez pudo llegar a contestar.
— Te tengo una sorpresa, ven. Te espero en mi casa, por favor... Di que sí.
Comenzó a hablar, se le oía contento, muy contento, seguro podía dormir tranquilo sin importarle que anteriormente lo estuvo engañando.— Voy, nos vemos, te quiero, besos.
Respondió fingiendo dulzura.— Te espero y te amo, besos.
JiSung hablaba con emoción, eso ya le había cansado a JaeMin.Oírlo una y otra y otra y otra y otra vez, tan molesto. Na estaba cansado de esa sonrisa apuesta, de esa altura imponente, de lo meloso y cariñoso que este era para con él, ya hace semanas todo ante sus ojos parecía una farsa, Park JiSung era un engaño más, pero aunque así pensase; cuando estaba cerca de él su mente y cuerpo vacilaban.
Se vistió y fue a casa de su enamorado, en la entrada vio una rosa pegada a la puerta y una nota debajo de ella que decía "Llévame contigo hasta el final", seguro una cosa romántica más que hacía el menor para demostrar o mantener la mentira de que de verdad lo amaba. Mientras tomaba la rosa y el papel, pensó en porqué el chico seguía con todo ese juego, quizá por el sexo, quizá por diversión, quizá porque sentía que tenía poder sobre suyo; pero todo le explotaría en la cara. Na JaeMin no es un idiota y no va ha dejar que nadie haga de él un desastre, nadie, ni la persona que su corazón ama.
Entró a la casa, por todo el lugar habían fotos que durante su tiempo juntos se tomaban con el celular, colgando de hilos transparentes se les podía apreciar. Habían luces navideñas por los costados del suelo, expresando un camino hacia algo, su corazón enternecido como habitualmente era, dejó atrás todo el odio, como normalmente lo hacía al sentirse adorado por aquel hombre guapo y amable que siempre en cada encuentro lo sorprendía.
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Conocí a JaeMin [JaeSung]
Fanfiction"... Y los sueños, sueños son." La frase había hundido en su memoria, la historia era distinta, pero aquella oración relucía siempre en la ciénega de lo que había olvidado o de lo que alguna vez más adelante recordaría. La historia comienza cuando a...