Capítulo Quince.

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Corre, corre, corre tiempo

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Corre, corre, corre tiempo. El momento había llegado, Vegeta había soltado la lengua, era consciente de lo que había hecho. El plan había llegado a su completo fin, era la hora de ejecutarlo, o eso pasaba por la cabeza de la chica. Al fin enseñaría su rostro.

Vegeta había cambiado los horarios de todos los guardias, dejando el camino del patio libre. Su plan era sencillo, había una puerta trasera en el patio, y aunque tuviera candado, las cocineras le dieron las llaves solo por ser el psiquiatra del hospital. Al anochecer, cuando sea hora de que todos duerman, le llevaría lo necesario para ayudarla a escapar, y así fue. En su mochila trajo ropa, zapatos, todo. Ambos estaban listos para empacar e irse, y aunque tuvieran miedo lo harían. La medianoche era el momento perfecto. Ese plan ya lo sabia Bulma, así que esperaron.

— ¿Nerviosa? — Cuestionó Vegeta.

— Siéndote sincera, sí.

— Tranquila, pronto serás libre, así sea lo último que haga.

— ¿Y si nos descubren?

— Nadie lo hará.

Bulma se sentía nerviosa, y curiosa, — Vegeta, — Le llamó, — ¿Qué fue lo qué hiciste? — Él guardó silencio por un momento.

— Ódiame luego.

— Jamás te odiaría. — Respondió dolida.

— Lo harás, — Se recostó suavemente en la pared que quedaba tras la cama, — Soy consiente de eso. — Su ceño se suavizó.

— Por favor.

Vegeta remojo sus labios, — Viole a una chica. — Los nudillos de Bulma se tornaron blancos.

— ¿Qué? — Pregunto dolida.

— Lo que oyes.

— ¿Por qué lo hiciste? — Lágrimas se desbordaron por sus mejillas.

— Estaba drogado, no recuerdo a la chica, no tuve el cinismo de ir al juicio, por eso me llevaron a la cárcel. Eso fue cuando estaba en la universidad. Era un condenado hijo de puta...

La música movía los cuerpos de todos los que estaban en la fiesta. La fraternidad de los populares. Todas las chicas habían ido, al igual su los chicos.

En una de las mesas, bebiendo un poco de licor, se encontraba nuestro querido Vegeta, ya bastante ebrio observaba a las chicas de arquitectura bailar muy sensualmente. Pero ninguna le removía algún pensamiento. Uno de sus amigos hizo presencia a su lado, se llamaba Raditz.

— No hay nada bueno en esas tablas. — Comentó en broma.

— Cállate, — Bebió un trago largo, — No soy como tú. — Siguió observando.

— Lo sé, eres un amargado como tu padre.

— Puedo ser lo que sea, pero no quiere ser él.

— Siempre estas enfadado, mira, — De su bolsillo saco unas bolsitas, una de ellas tenía unas pastillas pequeñas de colores, y la otra, un polvo blanco. — Es un regalo, te ayudará a relajarte.

Vegeta las vio dudoso, — No, no me gustan esas cosas. — Desvío su mirada.

— Oh, vamos, te hará olvidar. — Canturreo.

Vegeta cerró sus ojos, eso era lo que más quería. Sin decir más, las aceptó. Ocultando su orgullo, hizo una linea en la mesa con el polvo blanco y lo aspiro. De un golpe sintió la sensación de mareo llenarlo. No dudo en tomar la pastilla de un solo trago. En ese momento, todo se perdió, era completamente otra persona, completamente drogada. Bailaba sin parar, bebía, y seguía drogándose. Aquello se había salido de control, pues ya había tenido sexo con dos chicas, pero él quería más.

Fue en ese momento cuando vio a una chica sentada en el fondo, de apariencia tímida. La conocía, ella era la chica religiosa de la clase de psicología, jamás hablaba con nadie. Pero, ahora se encontraba en una fiesta. Eso le divirtió, así que se acercó a ella.

— ¿Te sorprende? — Le pregunto burlón, al verla observar sorprendida a los chicos besándose tan apasionadamente.

Desvío su mirada, — Un poco si te soy sincera. — Soltó una risa.

— No es algo malo.

— Mi madre no piensa lo mismo de eso...

— ¿Por qué?

— Cuando tenia dieciséis me envió a un hospital psiquiátrico, creía que tenia esquizofrenia. Pero, me examinaron, no tenia nada... Por eso pude venir a la universidad... — Lo ultimo lo murmuró. Sus manos se unieron.

A Vegeta le importo un carajo, pero fingió interés. — Haz sufrido mucho... Lo lamento.

Ella sonrió, — No te preocupes. — Era la típica mojigata, una chica con un vestido hasta la rodilla, cara sin maquillaje y una trenza a su lado.

— ¿Sabes mi nombre? — Bromeó Vegeta.

— Por supuesto, ¿Vegeta?

— Perdón, pero olvide el tuyo. — Admitió, ladeando su cabeza.

Ella murmuró su nombre, pero aunque él lo quisiera no lo recordaría, tampoco su aspecto, estaba demasiado drogado como para recordarlo. De lo que era consciente es que la drogo cuando se le ofreció a traerle una bebida, no sabe cuantas de esas pastillas le aplico a su bebida, pero llevo casi inconsciente a la chica hasta una de las habitaciones. La desvistió a las malas, aunque ella quisiera zafarse, él no la dejo ir. Hizo todo lo que se le dio la gana, y la dejo, desnuda en esa habitación. Había sido un hijo de puta, esa era la verdad.

El silencio recorrió la habitación, la mirada de Bulma estaba en el suelo, casi ida, — Todos cometemos errores. Estabas drogado... — Siseo.

Vegeta se sonrió. — Eso es cierto. No recuerdo siquiera el aspecto de la chica, o de su nombre... Aquello me remueve la consciencia.

— No seas tan duro contigo.

— Es lo menos que merezco por todo el daño que le hice a esa chica, Bulma. — Su mano deslizó un mechón a su oreja, mientras la veía directamente.

Que hermosa era, a pesar de todo, era tan linda. En su mirada había tanta pureza, y tanta paz.

— Sé que ya no eres así. Te conozco, y sé que jamás me harías daño, lo veo en tus ojos. — Él la beso.

Ya era hora, la medianoche había llegado. Así que sin dudarlo salieron de la habitación de Bulma, tomados de las manos siguieron el largo camino hasta el patio. Pasaron por las celdas, bajaron escaleras, y cuando llegaron al primer piso, salieron por la ventana de tamaño mediano de ese lugar. Al salir, ambos corrieron hasta la puerta.

Lo que no esperaban que alguien los hubiera detenido, — Ni se te ocurra moverte, compañero. — Habló Goku, mientras apuntaba directamente a ambos. Se acercaba aún con el arma, apuntaba desde las sombras hasta enseñar su rostro en la luz.

 Se acercaba aún con el arma, apuntaba desde las sombras hasta enseñar su rostro en la luz

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Esquizofrenia. || V.B || ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora