Capítulo Dos.

408 51 29
                                    

El silencio inundó nuevamente la extraña habitación en la que se encontraba la joven, ante ello Vegeta se sintió nervioso, lo cual era extraño

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El silencio inundó nuevamente la extraña habitación en la que se encontraba la joven, ante ello Vegeta se sintió nervioso, lo cual era extraño.

Sus manos acomodaron su bata, - Casi lo olvido, soy Vegeta Ouji. - Su fría voz me interrumpió desde la oscuridad de su amplia habitación.

— Las paredes tienen oídos, sé quién es y para que vino, lavar mi deteriorado cerebro, ¿Verdad? — Su voz era tan helada que parecía oír a un espectro.

Aunque sus palabra fueron fuertes, para él no eran nada, había estudiado para esto y se sentía preparado para lo peor.

— Las enfermeras tienen bocas flojas, me imagino. — Bromeó, al momento que maldijo mentalmente, ¿Bromear con una paciente? Solo él hacia eso.

— Hormonas a flote, sería más adecuado a su llegada, señor Vegeta. — Al parecer era experta en incomodar a las personas, — Sí, lo soy. — Esas palabras asustaron por un momento a nuestro psiquiatra.

— ¿Cómo sabías qué estaba pensando eso?

— Su expresión es demasiado fácil de leer.

— Debería ser al contrario, yo soy el psiquiatra aquí, — Sus brazos se apoyaron sobre sus piernas, inclinándose curioso ante ella. — Podrías salir de ese lugar.

— Me expondría, y no quiero qué juegues con las voces en mi cabeza. — Una risa amarga se hizo presente, al segundo que esas esbeltas piernas se estiraron, dejando ver los moretones que ya hacían en su piel.

— No es bueno juzgar un libro por su apariencia.

— Pero si por sus acciones, señor Vegeta.

Aquello comenzaba a desperarlo, ¿En serio era ella la de su historial clínico? Parecía demasiado cuerda en realidad, eso la haría peligrosa.

" Tal vez por eso no posea foto su historial clínico, pero, eso solo despierta mi curiosidad. "

Tragó saliva ansioso, — Necesito analizarte, sal de ese lugar, Bulma. — El silencio reino nuevamente. — No te haré nada malo.

— Eso dicen todos.

— No dejaré que te hagan esas cosas del siglo pasado. — Otra vez la risa de la joven se hizo presentó.

— Veo la ansiedad en tu rostro, es fácil controlarla, da un buen ejemplo. — ¡Mierda!

— Tal vez tengas miedo por enfrentar la realidad después de años de encierro, — " Esta más que enferma, es una maldita manipuladora, y eso solo me hace imaginar a una mujer repugnante. " — Te lo digo sinceramente, señorita Brief.

Una risa amarga sale de sus labios nuevamente, al momento que sus piernas se remueven. — No puedo levantarme.

" No puedo moverme. "

Esquizofrenia. || V.B || ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora