HISTORIA FINALIZADA.
A.U
Desde aquel día nada fue igual en la vida de Bulma Brief.
Un simple dibujo de sus amigos imaginarios fue el detonante para que su familia se enterará de que algo, no estaba bien con ella.
Los tratamientos se fueron deterio...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Hospital Psiquiátrico Wittenberg.
Cinco años después.
El viento soplaba fuertemente entre las ramas, haciéndolas crujir levemente mientras aquel frío hacia crujir los huesos de cualquiera que no llevará un abrigo, y cómo era costumbre, él no lo llevaba por su absurda obsesión con no hacer lo que le ordenan.
" Me arrepiento de no haberlo hecho, pero, ante todo mi orgullo. "
Sus pasos eran ruidosos por el gran silencio que aquel amplio camino poseía, el suelo de cemento frío se encontraba lleno de gotas de agua por la pasada lluvia y el olor a tierra mojada llenaba las fosas nasales del pelinegro.
El camino de aquel jardín recién podado se hacía más corto, su destino estaba cerca, ser el nuevo psiquiatra del hospital mental de la ciudad era un grandísimo honor, y más para alguien tan orgulloso cómo lo es él.
Al lograr entrar al hospital, noto al instante su gran aspecto limpio, blanco, y frío sobre todo, pareciera que era un centro de paz y no un hospital mental. Acomodó su carpeta, para luego llegar a la recepción, donde todo estaba preparado para el joven Ouji.
— Bienvenido, señor Ouji. — Vegeta sonrió levemente ante la chica de cabello negro, pero, con una sonrisa negó.
— Él señor Ouji es mi padre, sólo dígame Vegeta. — La joven castaña sonrió ampliamente.
— Cómo diga, — Dudo un segundo, lo cual fue divertido para él. — Vegeta.
— Así esta mejor. — Sus brazos se apoyaron levemente al fuerte muro.
— El señor Blackwood me dejó dicho todo lo que debería hacer para su llegada, así que por favor, sígame.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— Y así fue construido el gran hospital, señor Ouji.
— Vegeta. — Corrigió el joven al segundo que ambos se detuvieron frente al escritorio de la chica.
