HISTORIA FINALIZADA.
A.U
Desde aquel día nada fue igual en la vida de Bulma Brief.
Un simple dibujo de sus amigos imaginarios fue el detonante para que su familia se enterará de que algo, no estaba bien con ella.
Los tratamientos se fueron deterio...
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Vegeta Ouji podría ser lo que todos quisieran, menos un imbécil, y aquello era más que obvio, algo estaba sucediendo, pues hasta la actitud de la chica de cabellos azules había cambiado.
— ¿Qué carajos esta ocurriendo?
Por una extraña razón, Bulma se habia adentrado a la oficina de Vegeta, temblando y sudando, no podia hablar, su mirada estaba perdida, observando a todos lados con miedo, mientras cubrir sus oídos, su unica vestimenta era su bata cubierta con manchas pequeñas de sangre que goteaba de su frente, al ver eso Vegeta corrió a tomarla, asustado.
— ¡Habla por Dios!
— ¡Ella esta aquí, va a matarme! — Su voz fue pánico inminente.
El psiquiatra la tomo por los hombros tratando de calmarla, en un intento en vano que lo único que logro que ella se dejara caer en lágrimas, con mucha fuerza y dolor, no sabia que hacer, ella estaba asustada.
— ¿Quien va a matarte? ¡Dímelo!
— ¡Ella! ¡Ella!
— Dímelo Bulma, solo asi puedo ayudarte.
— Tengo mucho miedo, Vegeta, tengo miedo.
— No temas, aqui estoy contigo.
En ese segundo la expresión de la chica de ojos azules se endureció, — Tan solo eres mi psiquiatra, no puedes protegerme, tienes un horario, mientras tanto ella vive aqui, ella esta aqui, — Ella temblo, — Pero tú, no estas aquí siempre. — Las lágrimas siguieron cayendo.
Él se sintió culpable, dolido, pero este era el precio por haberse metido con su paciente, pero no se arrepentía, más bien estaba completamente dispuesto a hacer lo posible para lograr salvarla, con fuerza la hundió en sus brazos, estrechándola, con tanto sentimiento, le dolía con fuerza tanto lo que sucedía con ella, era tan frágil, inocente, tan herida y rota que jamás tuvo tanta impotencia para lograr curarla, aquello era imposible, pues ella era tan solo una chica con esquizofrenia, y por lo que parecía, jamás saldría de ese lugar, así que la oportunidad de su libertad, tendria que ser de otra forma.
— Tenemos que hacer algo. — Ambos se sentaron en el sofá de la oficina, al segundo que su tez se tornaba pálida.
— Todo... Me esta... — En ese segundo Vegeta sintió en sus brazos como el cuerpo de la chica perdía fuerza, parecía que su conciencia se estuviera yendo.
— ¡Bulma! ¡Bulma! — Asustado a no más poder, él chico toco su frente y pulso, disminuía, bajaba y subía, su corazón latía a intervalos, era un efecto de la taquicardia que sus ataques provocaban, fue entonces cuando ella se dejo caer sin algo de cuidado.
En ese segundo no dudo ni tres segundos en levantarse e ir hasta su despacho en el cual traía varios medicamentos, sabia su condición de salud, así que con cuidado saco una inyección, la lleno del liquido y corrió hasta llegar a su brazo, enterrando con cuidado la inyección en su vena, para después dejar una vendita en ese lugar, debía esperar, la chica tenia un severo problema.