Quémalo

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Sabía que aquello iba a tener consecuencias.

Había matado a un chico muy joven aquella noche que habló con ese otro demonio.

No podía más, necesitaba sangre, necesitaba alimento y no sabía qué hacer para obtenerlo antes de que se muriera de hambre.

Así que su instinto le llevó a asesinar a un chaval desconocido que no tenía nada que ver con todo lo que estaba pasando.

La energía que desprendió el joven muerto de miedo y sufriendo mientras Yoongi le desgarraba las tripas, estando consciente de todo, le dió al demonio el alimento suficiente para sobrevivir algunos días más y poder pensar con claridad.

No sabía si la policía se metería en eso, o si no habría pruebas suficientes para incriminarle, o si pensarían que aquello había sido obra de un animal...

Los días siguientes estuvo vagando por un bosque cercano a la playa pensando en qué haría, pensando en aquel ángel que le robaba todos sus pensamientos.

Hasta que llegó al fin a casa y bebió como un parásito de la energía de su amigo, la cual fue un chute de adrenalina y poder que le dejó demasiado buen sabor de boca.

Y eso fue el detonante para aceptar aquel pacto.

No quería tener que recurrir más a aquello para sobrevivir.

Nada más salir del baño que le preparó Tae, el joven demonio llamó a Jungkook y él cogió la llamada a los pocos tonos.

-"Yoongi."- Respondió con una sonrisa nada más descolgar

-"¿Como sabes que soy yo?"

-"Nadie sabe mi número de teléfono salvo tú."

Ese chico realmente ponía al mayor los pelos de punta.

-"Aceptas entonces"- sonrió el íncubo tras la pantalla.

-"Sí."- Yoongi sonaba seguro.

-"A media noche en El Deseo, nos vemos en un rato."

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Taehyung se encontraba al borde del colapso mental.

Estaba en una vorágine de sentimientos encontrados y sensaciones nuevas que nunca pensó que viviría.

Le gustaba su amigo, eso lo tenía clarísimo, pero ¿Realmente le gustaba el ser en el que se había convertido?

Le ponía muchísimo eso sí, pero una parte de él se encontraba dividida entre preocupación sobre todo, por no saber nada sobre qué le estaba ocurriendo a su hyung, por no poder hablar en condiciones como le gustaría con él, y otra parte estaba pletórica porque por fin había mantenido algo de contacto íntimo con esa persona que tanto le gustaba.

Se sentía sucio por haber besado a alguien que pocos días antes casi mata a su amigo.

Cuando abrió los ojos al día siguiente ya Yoongi no estaba en la casa.

Esa tarde quedó con Jimin para ir a una cafetería de estilo antiguo del centro y luego quizás a una librería a comprar libros sobre ángeles, reencarnaciones y seres no humanos.

Jimin tenía la capacidad de tranquilizar el alma de quién le rodeaba. Así pues, estar cerca de él daba paz, energía, positividad, a pesar de tener un mal día.
Siempre terminabas sonriendo si estabas cerca de él.

-"¿Te has teñido el pelo Minnie?"- le pregunta Tae una vez están sentados en la pequeña cafetería.

-"No, ¿por qué?"

Angel?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora