Angel?

Maestro Kook

La luz blanca cegó los ojos cían de Jimin al mismo tiempo que sus pies tocaban el suelo.

Abrió los ojos y contempló a un joven cuya piel resplandecía como lo hacía la suya propia hace ya demasiado tiempo.

Iba vestido completamente de blanco, con una americana marfil, unos pantalones de pinza a juego y una camisa sencilla abotonada hasta el cuello.

Su pelo era gris blanquecino, tanto que parecía también resplandecer, y sus ojos eran color miel casi cristalinos.

Era más alto que él, esbelto y de espalda y hombros anchos.

Jimin sabia que aquel ser era un ángel, era inconfundible, pero no cualquier ángel, pues no recordaba haber visto a un ser igual nunca.

Quiso dejar que hablara primero él por respeto, porque sabía que era mucho mayor y no quería ser indiscreto, pero al ver que no se arrancaba a hablar, decidió comenzar él mismo.

-"¿Quien...eres?"- pregunta Jimin aún en shock por todo lo ocurrido.

El ser de luz le mira con sus ojos profundos y claros como el oxígeno y responde con una voz irreal.

Como si se tratara de mil voces en una, sus palabras resuenan casi sin necesidad de que el ser abriera la boca. Jimin juraría que le escucha más dentro de su cabeza que de sus propios labios.

-"Soy tu guardián, Park Jimin."- responde tajante. Jimin se queda helado al escuchar aquella divinidad de voz.

-"N-No sabía que tenía g-guardian. Ejem.."- carraspea un poco por lo bajo. -"Eres un ángel, ¿verdad?"

-"Soy un arcángel. Mi nombre es Kim Seokjin. He venido por orden divina hacia la Tierra para salvarte e informarte de tu estado actual."

"Un arcángel, estoy ante un jodido arcángel" Pensó Jimin intentando no emocionarse demasiado.

Los arcángeles eran ángeles superiores que se encargaban de transmitir la palabra divina, es decir, las órdenes de los seres superiores que estaban en la cima jerárquica del cielo.

Jimin no se podía creer que aquel ser le hubiera salvado. Porque, si era cierto que era un arcángel, no sería para nada esa su función.

-"¿Mi estado actual?"- se extraña el menor y empieza a mirar a su alrededor examinando el sitio en el que se encontraba. No se había dado cuenta, pero se encontraban en un bosque algo conocido para él.

-"Tu posición en el cielo y en la Tierra, tu condena de una vida mortal."- le aclara.

Jimin está nervioso. Aún seguía sin recordar qué había hecho el para merecer ese castigo sin sentido, por lo que no podría valorar si su "condena" era justa. No podía reclamarle nada y esa hubiese sido una gran oportunidad para comprenderlo todo.

Seokjin prosigue.

-"La pérdida de memoria que sufres ahora mismo es parte de tu condena.
Debes aprender a base de golpes, frustracion y dolor.
Ahora mismo sigues siendo ángel, pero cada hora que pasas en el mundo mortal pierdes capacidades..."-

Bien, hasta ahí ya lo sabía.

-"...Pero tu muerte no debe ser concluida ahora mismo. Los superiores no quieren que mueras y menos aún ser asesinado..."-

"Gracias al cielo..." piensa el chico soltando el aire de sus pulmones.

-"Así que, tendré que protegerte hasta que tu forma celestial desaparezca del todo y ya no puedan arrebatartela."- Seokjin era correcto, respetuoso y se estaba tomando las molestias de explicarle todo. Jimin agradeció por todo lo que le estaba contando.