Conner y Tim.

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Gotham City; Mansión Wayne. 4:00am.

Removiéndose en la enorme cama, Dick encuentra la mejor posición para dormir: de lado abrazando la espalda de Wally. Ahora que tiene ocho meses, parece que se tragó una pelota de baloncesto o algo un poco más grande.

Pero por lo menos, los dolores en el abdomen habían disminuido, como el sangrado de sus encías y los mareos. Sin embargo, ahora tenía un especial dolor de espalda por el tamaño de su barriga. Siempre había algo. Al menos el bebé estaba creciendo sano y fuerte, y bueno, su cabello tenía más volumen y se veía más saludable.

Despertando, escucha los pasos de aquí para allá en el pasillo, porque hace justo dos meses que se mudo de regreso a la mansión por petición de Bruce; quien no estaba contento con la idea de que se quedara solo en el apartamento mientras Wally trabajaba. West había estado de acuerdo, así estaría menos preocupado, había asegurado.

—Mmm, es muy temprano, sigue durmiendo. —se queja Wally cuando le siente moverse, pero Dick debe si o si correr al baño.

—Ya regreso. —miente, porque cuando se despierta ya no puedo volver a dormir con facilidad, aún cuando esos últimos días el cansancio por la barriga y la dificultad al respirar le tumbaban a cada rato en algún lado.

Rodando fuera de la cama, Richard tarda un poco en levantarse, caminando al baño. Luego de un rato, cambiado y aseado, sale de la habitación. Como siempre, lleva uno de los enormes suéteres de Bruce, el cual ya no le queda tan grande en la zona de la barriga, donde se ajusta mostrando lo grande que esta.

—Buenos días. —saluda cuando entra a la cocina. Alfred, como siempre, le saluda de regreso mientras prepara el desayuno para todos.

Desde que Dick había regresado a casa, todos se la pasaban más allí, lo que le alegraba a todos aunque lo intentarán disimular. Jason iba más seguido sin ninguna razón, Tim ya no se la pasaba todo el día en la universidad y Damian no escapaba todo el tiempo al gimnasio para entrenar sus movimientos de pelea. Incluso Bruce intentaba permanecer más tiempo en casa, comiendo con todos sus hijos cuando podía.

—¿Y Bruce? —se sienta Dick en una de las sillas de la isla de la cocina. Inmediatamente Alfred le pasa un plato con frutas, tostadas y un vaso de agua.

—Tuvo una emergencia junto al señor Kent, dijeron que intentarían llegar a la hora de la cena. Al parecer, es un problema fuera de la tierra.

El azabache sólo asiente, extraña las misiones, la adrenalina y el poder mover su cuerpo de forma tan ágil y libre como antes. Mientras come, alguien más entra a la cocina.

—Buenos días, Alfred. —es Tim, quien también saluda a Dick y se sienta a su lado. 

—¡Drake! —aparece Damian también. —Quítate de mi silla. —gruñe empujando a Tim fuera de la silla a la siguiente, sentándose él a un lado de Dick, a quien le da los buenos días de una forma amable al igual que a Alfred. No es un secreto saber quién es el hermano favorito del hijo legítimo de Bruce.

Como Grayson se había acostumbrado últimamente, le pregunta a sus hermanos cuales serían sus planes ese día. Inmediatamente Damian le recuerda que le ayudará con sus acrobacias en cuanto a las posiciones y las caídas, es algo que han estado haciendo últimamente. Richard se sentará y le indicará qué hacer y se burlará un poco cuando Damian se tropiece y comience a quejarse.

Luego del desayuno, los chicos se despiden para ir cada uno a sus clases. Wally aparece aún muy somnoliento, sentándose a un lado de Dick para dejar la cabeza sobre sus brazos cruzados en la mesa.

—¿Quieres algo de desayunar? —pregunta el azabache acariciando los cabellos del pelirrojo. Alfred había salido un momento, pero guardó todo lo que había sobrado del desayuno.

—Quiero quedarme a dormir. —Wally se acerca abrazando a Dick con cuidado, quien le abraza más fuerte y se ríe.

—Pero debes ir a trabajar.

—Besame y no me quejaré más. —dice el velocista subiendo su mirada para ver a Richard, quien rápidamente se inclina un poco y le besa.

—¿Contento?

—No. Quiero más. —rompiendo el abrazo, West se levanta de la silla y se inclina sobre Dick, tomando su rostro para darle más besos.

Sólo otra típica mañana.

[...]

Luego de que Wally se va, Dick regresa a la habitación y se acuesta, subir las escaleras le cansa demasiado. Inesperadamente se queda dormido, y sólo despierta cuando comienza a tener demasiado calor. Lanzando las cobijas lejos, parpadea y ve por la ventana como el sol pega directo sobre él. Dick gruñe y se sale de la cama, esta todo sudado y decide tomar una ducha. Cuando sale del baño, más fresco, decide bajar.

Al inicio de las escaleras, suspira y se agarra del pasamanos, comenzando a bajar. El dolor de espalda por el peso del bebé, es realmente agotador.

—Hey, Dick. —alguien le llama. Alzando la mirada de los últimos escalones, se da cuenta de que es Tim quien esta llegando. Conner viene detrás de él.

—Hey, Tim. —saluda Dick con una sonrisa, feliz de ver a su hermano y a Conner. Esta por saludar al súper chico, cuando siente que pierde el equilibrio en los últimos escalones. Soltando un jadeo de sorpresa, cierra los ojos por reflejo.

Sintiendo una mano rodearle la cintura, abre los ojos para encontrase con una mirada asustada de parte de Conner. Su otra mano esta en su barriga y el bebé se mueve, lo que a congelado al azabache. Es la primera vez que Conner siente algo así.

—Gracias, Conner. —le despierta Dick del shock.

—Si, lo siento. —dice el kriptoniano alejándose lentamente del azabache.

—¡Grayson! —detrás de Tim, Damian llega, acercándose directamente al mayor. —Vamos a practicar. —dice sin más, jalando de Richard hasta el gimnasio. El azabache se despide de los otros dos, dejando a Tim y a Conner, quien sigue procesando que sintió al bebé moverse dentro de Dick.

—Tengo tarea ¿Me acompañas a mi habitación? —se desliza Drake al lado del mayor, deslizando sus dedos entre los del azabache para tomar su mano y jalarlo escaleras arriba.

Tim entiende el estado de sorpresa de Conner, la primera vez que sintió los movimientos del bebé se quedó igual. Había estado rastreando unas cuentas para Bruce, cuando Dick apareció y se sentó a un lado de él frente al enorme sistema de computadoras de la cueva. Richard había preguntado qué hacía y Tim le explicó por varios minutos sobre el nuevo caso en sus manos. Repentinamente, su hermano le había tomado la mano y colocado sobre la barriga, dejándole sin palabras. Tim casi se muerde la lengua cuando sintió el movimiento del bebé y cerró la boca de golpe.

Era tan raro, Jason siempre lo decía, pero en ese momento lo entendió.

En camino. [Birdflash]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora