Jean

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Conner tardó un rato en recuperarse de lo que había visto, y todavía no tenía idea de que pensar. Jon que hasta ese momento no había comentado ni reaccionado mucho se sentó a su lado para animarle.

—Estaba atrapado, fue manipulado y no tenía opciones...

Jon a pesar de su edad trataba con todas sus fuerzas sonar maduro para poder ayudar al que consideraba su hermano mayor, además el señor Luthor le daba mucha lástima, su papá en algún momento le explicó que la gente no era mala solo porque si, había motivos y mucho dolor detrás... En su momento no lo entendió del todo, pero después de ver al joven Lex Luthor finalmente pudo asimilarlo. De ahora en adelante iba a estar mas agradecido por los padres que tenía.

—Si viejo, al menos ahora sabes porque es como es, y eso es un comienzo —agregó Wally con una sonrisa y una palmada en la espalda—, con suerte esto te ayude para no sé, reparar lo que le hicieron y tal vez cambiarlo.

—Gracias...

Los chicos de la Batifamilia no pensaban igual, sabían que no era justo que Luthor hubiera pasado por aquello y que se hubiera visto orillado hasta ese punto, pero las lecciones morales de su mentor las tenían muy taladradas en el cerebro, el asesinato no era nunca una opción, pero ninguno iba a decir una palabra al respecto, no iban a hacer sentir innecesariamente mal al pobre de Conner, además tampoco había ningún caso, probablemente Luthor se las arreglaría como siempre para escapar del problema.

El único de los protegidos de Batman que sentía empatía completa por Lex, fue Jason. Él no solo apoyaba el que Luthor asesinara a su propio padre, sino que creía fervientemente que Lionel era de esas personas que merecían ser borradas de la tierra.

Cuando estuvieron listos se volvieron a acomodar, ésta vez Jon no los acompañó porque debía volver a casa, pero prometió volver pronto. Y una vez mas fueron arrastrados hacía el pasado.

Estaba nevando, el invierno en Gotham siempre era crudo y deprimente como una película vieja con un mal final. Era una calle oscura y la única persona presente además de ellos era un joven omega que rondaba los veinte años; usaba una bufanda vieja y descolorida, guantes sin dedos, el cabello negro y ondulado suelto y cayendo con gracia sombre gran parte de su cara, sus ojos era verdes, su piel blanquecina y sus labios gruesos y rojos aunque muy lastimados, parecía que se había mordido en varias ocasiones. Fumaba un cigarrillo y miraba nervioso hacia los lados como esperando algo.

—Ésto debe ser una broma... —dijo Jason sorprendido—  cárajo. Escuálido, vulnerable, miedoso ¡éste no puede ser el Joker!

—Pero tiene que ser —respondío Dick también asombrado—.

—¿Qué putas le pasó?

—Damian cuida tu lenguaje.

—No te metas Drake.

—¿Quién me va a callar mocoso odioso?

—¡Mi espada te va a callar!

— No estamos en el mundo real, aquí no puedes lastimarme gran baboso.

Wally y Conner ya se estaban arrepintiendo de quedarse y no irse con Jon.

—¡Jackie! —alguien externo a ellos había gritado y se detuvieron para ver que pasaba. El futuro príncipe payaso del crimen en cuando escuchó aquella voz tiró el cigarrillo al suelo y lo apagó pisándolo contra la nieve, se revisó el aliento y luego se metió un par de mentas a la boca— Jack Napier, ¡te estoy hablando! ¡¿Eso qué tienes allí es un cigarrillo?!

Los chicos anotaron el nombre mentalmente, iban a necesitar recordarlo, no podían creer que así de fácil habían averiguado una las mayores incógnitas que se había formulado Batman desde el principio de su carrera como vigilante.

La máscara de LexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora