Odio [Parte única][TharnType]

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Arrastraba los pies con cada paso, como si llevara un costal de cemento en la espalda. Su humor era tan agrio como la sensación de su estómago al estar vacío. No quería ir ese día al trabajo, y no es que Type lo odiara, en realidad le gustaba, pero todo se debía al capitán de meseros.

Un tipo de su misma edad que se daba aires de superioridad.

Era verdad que era un hombre amable, que era apuesto y atento, las universitarias llenaban el restaurante solo para ir a verlo, y eso era bueno para su bolsillo. Estudiaba inglés y gracias a que se encontraban en una zona turística había clientes extranjeros con los que podía practicar el idioma, lo que le venía como anillo al dedo, porque estaba aprendiendo más rápido que el resto de sus compañeros.

Sin embargo, ese trabajo en sueño se había arruinado por Tharn.

"Tienes que ser puntual", "Tienes que sonreír y tomar las órdenes más rápido" "Debes permanecer atento para retirar de la mesa los platos sucios", "Si el platillo en cocina está retrasado tienes que acercarte al cliente y pedirle una disculpa, ofreciéndole una bebida de cortesía", "Tienes que moverte más rápido, tardas demasiado tiempo cuando cargas la charola", "Tu uniforme tiene que estar impecable"... Esa y miles más de letanías tenía que escuchar a diario. Sabía que como su jefe inmediato debía acatar sus órdenes, pero le jodía que solo se ensañara con él.

Los otros meseros cometían más errores que él y no veía a Tharn detrás de ellos regañándolos. Eso provocaba que su estadía laboral se volviera una mierda. No soportaba ver la expresión de inocencia de Tharn sin sentir ganas de partirle la cara.

Lo peor es que todos lo adoraban, el gerente lo tenía en un pedestal, los supervisores se apoyaban con él para cualquier cosa, y los meseros lo idolatraban. Ni siquiera podía quejarse con sus compañeros porque sabía irían corriendo a decirle y, después de todo, no quería perder el empleo. Ganaba mucho dinero y le estaba gustando, aunque seguía jodiéndole el capitán.

Sin darse cuenta ya estaba entrando por el acceso de empleados y al dirigirse a su casillero se topó de frente con el dueño de sus maldiciones internas.

—Type, ¿dormiste bien? Tienes unas ojeras espantosas, lávate la cara antes de presentarte así —le dijo pasando de largo, con su camisa blanca impecable sin ni una sola arruga. Y su maldita cara perfecta que parecía no tener ni una marca de preocupación.

En verdad que odiaba a ese tipo.

—Buenos días, Type. Deja de desvelarte jugando videojuegos, ya oíste al jefe —Techno pronunció con burla ganándose un golpe en la nuca.

—Cállate y deja de joder —respondió enfadado.

Su amigo se rió, le parecía divertido que Tharn lo hiciera enfadar tanto.

—No te alteres, el capitán solo quiere lo mejor para ti —habló pasando un brazo por sus hombros, en tono conciliador.

—Lo mejor mi trasero —murmuró tomando un delantal donde guardaba plumas, popotes y su libreta de notas.

—Escucha, para que te relajes, saliendo de aquí iremos a tomar —propuso soltándolo y dedicándole una sonrisa que decía que pretendía emborracharse esa noche, y que se aseguraría que él también lo hiciera.

—¿Quién más irá? —preguntó cómo desinteresado, aún enfadado por empezar su día con Tharn tocándole los huevos con sus órdenes.

—Algunos chicos más de aquí —contestó con simpleza, esperando que accediera de una vez.

—¿No irá Tharn? —Una de sus cejas se alzó y una mueca enseguida se coló en su rostro.

—No lo invitamos, pero si quieres...

Porque nos pertenecemosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora