Verdades

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En cuanto Steve salió de su oficina, Tony apartó la mirada, sólo hasta que Jan volvió a abalanzarse entre sus brazos.

— ¡No quiero que te vayas! — Le estrujó de tal manera que le dejaba sin aliento. Thor lo notó y ayudó a que su novia redujera su fuerza, pero ella volvía a sostenerse como si se tratara de un imán.

— Aún no entiendo porqué ocurre todo esto. En el peor de los casos te llevaré conmigo y mi hermano a Asgard. ¿Está bien? — Thor trató de consolarla, pero ella continuaba llorando sobre Stark. Tony miró a Thor, dándole a entender que mejor no lo intentara.

— Estará así un poco más. Si tratas de apartarla, terminará asfixiándome. — Trató de reír, pero las costillas le dolían.

— ¡No quiero ir a Asgard! — Ella chilló de nuevo.

— Serás tratada como la princesa que eres. — Se inclinó el rubio para susurrarle.

— ¡Ya lo sé! ¡Pero no quiero ir aún! ¡No sin Tony y la Academia así! — Dejó de llorar, pero debía recuperar el aliento.

Thor miró con algo de seriedad a Tony. Él no tenía ningún problema con volver a casa. Los problemas de los midgardianos le parecían muy... insignificantes.

— Todo estará bien. — Tony intentó sonreírle.

— ¿Por qué te fuiste? — Preguntó el Dios del trueno.

— Es complicado... — Stark no quería mirarle.

Jan alzó la vista, con el ceño fruncido y haciendo una mueca de puchero en los labios. El maquillaje ya se le había corrido y sus ojos estaban enrojecidos. — Admítelo. — Ordenó.

Thor les observaba aún confundidos, después se desesperó. — Los mortales siempre se preocupan por pequeñeces. Es en situaciones así cuando puedo entender un poco porqué a mi hermano no le agrada del todo Midgard. — Empuñó a Mjönlir y añadió. — Si se trata de algo de fuerzas que los midgardianos no puedan comprender o no puedan combatir, no dudaré en llamar a mi guardia para su auxilio.

Jan sonrió y finalmente soltó a Tony. — Se marchó, porque está cansado de que Steve no le corresponda. — El hijo de Odín no respondió, seguía sin entender. — Verás... a Tony le... gusta Capi. Pero él es muy necio para verlo y ya sabes que discuten por todo. Tal vez eso sea difícil de entender en Asgard, aquí aún le parece extraño a muchas personas. A Tony le han gustado muchas chicas, pero Steve es diferente, él...

Tony se sonrojó, no quería admitir aquello.

Thor de inmediato carcajeó. — Querida, ¿eso es todo? — Jan ahora era quien no comprendía. — Sólo debían decir eso. Es muy común en Asgard y otros más de los nueve reinos. No saben cuántas veces he tenido que ayudar a mi hermano para que no lo acosen en el palacio. Es más popular entre los hombres que con las doncellas.

Tony se cubrió el rostro con ambas manos y murmuró. — No quiero saber el resto de esa historia.

Jan luchaba para no reír.

— Stark, si en verdad amas al Capitán, él deberá sentirse halagado por recibir tal atención de un fuerte e inteligente guerrero como tú. — Colocó una mano sobre su hombro y le sonrió reluciente.

Tony continuaba de un color rojizo. — Creo que "Amar" es una palabra muy fuerte.

Janet ahogó una carcajada y Tony le miró con el ceño fruncido.

— Otro consejo: Si no sabe apreciar tus atenciones, la guerra es una mejor amante. — Le soltó el hombro y su sonrisa permanecía igual.

— Está bien... — Stark no sabía cómo tomar aquello.

— Quiere decir que siempre habrá algo más. Pero yo creo que Steve terminará arrepintiéndose de no haberte valorado. — Jan sacó de su bolso algo de maquillaje y con ayuda de la cámara frontal de su celular, comenzó a arreglar su rostro.

Tony estaba feliz de que su amiga finalmente asimilara la noticia de que no volvería. — Así que... ¿me apoyan?

Ambos respondieron "Sí". Jan con tristeza aún y Thor con ánimo.

— Extrañaré esas fiestas contigo... — Repuso Jan.

Thor se apresuró en abrazar a ambos. A Jan por la cintura y a Tony por los hombros. — Expandir y conquistar.

— Creo que es "Dividir y conquistar". — Le corrigió Tony, pero el Dios rubio no le escuchó.

— Mi querida Jan hará fiestas en la escuela, Stark en su mansión y yo les demostraré cómo es un festín en Asgard. No hay porqué tener caras largas. Nunca me decaí ante la noticia de que sería enviado a Midgard sin mis compañeros de batalla. No significa que nunca más volveré a verlos. — Janet sonrió, serían muchos cambios, pero tal vez no sería tan malo. — ¡Cerveza para celebrar tu soltería, Stark!

Tony sonrió y Jan sólo esperaba no tener que cuidar de dos ebrios.

Without YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora