Jan se había vuelto pequeña junto a Thor gracias a las partículas Pym. Permanecieron entre un arbusto, vigilando tanto a Union Jack como al Capitán. Avispa tenía listos sus aguijones si era necesario separarlos.
— ¿Le gusta mi hermano? — Murmuró Thor. Jan quiso callarlo con una mano.
— Después puedes hablar con él. — Le respondió en un tono muy bajo.
Observaron cómo se marchaba.
Steve no se movió. Suspiró y se sentó sobre la acera. Cerró los ojos e intentaba pensar.
¿Qué debía hacer?
Tony ya había sufrido mucho por su culpa. Había arruinado su fiesta. Tal vez una nueva disculpa no sería suficiente. Además, ¿qué le diría?: "Perdón por golpear a tu amigo. Pensé que iba a atacarte. No es como si les estuviera observando de lejos."
Gruñó. Se odiaba en ese momento. No por tener una crisis existencial se llevaría consigo a Stark. Pero es que era tan difícil... Todo era incierto... y dolía. Dolía demasiado.
Se incorporó. ¿Dónde estaría Tony? No había escuchado el Quinjet. Tal vez estaría en su ahora vacía torre. Podría ir a buscarlo. Si estaba ahí, se disculparía de nuevo, pero sino... le dejaría en paz por siempre.
Le dejaría esa decisión al destino.
— ¿En serio le gusta Loki? — Thor continuaba incrédulo. Jan le llevó consigo, siguiendo de cerca a Steve. Ella sabía que se dirigía a la torre. Voló sin soltar al asgardiano. — No es que mi hermano no tenga pretendientes, pero normalmente yo sé de eso. Siempre me cuenta todo.
Jan rió. — Eso crees. — Le sacudió un poco. — Concéntrate. Después podrás solucionar eso.
Chocaron contra un cristal, luego de que Steve cerrase la puerta. Frunció el ceño e intentaron hallar otra entrada.
Steve nunca había estado en la torre, pero sabía que nunca había estado en esas condiciones. Las ventanas tenían polvo y todo estaba vacío, completamente a oscuras. Caminó lentamente, buscando algún indicio de Stark, pero no estaba en ese piso.
El elevador no funcionaba, por lo que buscó las escaleras. Aquel lugar ya no contaba con electricidad. Comenzaba a oscurecer y no lograba ver bien. Esperaba que por esas condiciones Tony no estuviese herido. El pánico le invadió ante ese pensamiento y se apresuró.
Avanzó nivel tras nivel hasta llegar a una terraza con al parecer un jacuzzi también vacío. Dentro había alguien sentado.
Tony.
Sintió aún más pánico y escuchaba a su propio corazón retumbarle los oídos. Era como si se fuese a asfixiar en cualquier momento o sufriría de un infarto. ¿Qué le ocurría?
No era como enfrentarse a Hydra. Ni siquiera como cuando le pidió un baile a Peggy o como cuando aceptó estar en el proyecto Rebirth. Tampoco cuando creyó que moriría al estrellar un avión en el mar...
Tomó aire y abrió la puerta para salir. Se sentía como si fuera al espacio, como sumergirse en un traje de buzo o caminar dentro del campo de batalla. Todo al mismo tiempo.
Notó que Tony se sobresaltó al escuchar la puerta. Le observó acercarse e intentó ignorarle de nuevo.
Se adentró al jacuzzi y se sentó de frente, sin decir nada aún.
No sabía cómo comenzar. Se sentía avergonzado.
Hubo un largo silencio que Tony interrumpió. — ¿Qué haces aquí? ¿No has hecho suficiente ya?
Aquello se sentía como un cuchillo en su vientre. Demoró unos segundos en responder.
— Me quedaría corto pidiéndote otra disculpa... — Habló finalmente. Miraba a Tony, quien se sentó de lado para no verle de vuelta. — Quería... pensé que... te estaba protegiendo.
Stark rió. Una pequeña risa fingida. — ¿De quién? ¿De Brian?
Steve hizo una mueca. Sonaba muy tonto ahora. — Bueno... él... iba a hacer algo que no querías.
Tony no respondió de inmediato. La verdad es que no lo quería, pero tampoco era algo que atentaría contra él. — ¿Qué estabas haciendo ahí?
Steve estaba cansado de negar lo que sentía. Así que sólo habló, sin pensar más. — Te busqué para disculparme de nuevo. La última vez que nos vimos, no pude quedarme ahí en tu oficina, porque todo lo que dijiste era cierto y no quería aceptarlo. Fui un idiota contigo todo este tiempo. Así que en cuanto supe que vendrías a la fiesta...
— ¿Qué? ¿Quién te lo dijo? — Cuestionó pero Steve rápidamente mencionó "Loki". — Oh. Tiene sentido.
— ... así que pensé que podría hablarte y tal vez comenzar de cero... — Sentía un gran nudo en la garganta.
— No puedes pedirme que olvide ni que perdone. — Tony alzó las piernas sobre el asiento del jacuzzi y se abrazó a sí mismo. — Di todo de mí para que nos lleváramos bien, para ser tu amigo y agradarte. Te ayudé con la presidencia estudiantil, ignoré todo lo malo que dijiste de mí cuando dividiste la escuela en: Team Ironman y Team Cap. — Frunció el ceño al recordar. — Estuve contigo cuando Loki te convirtió en Hombre Lobo y todos te tenían miedo...
Steve le detuvo, odiaba esa lista. — Lo sé... fui tan estúpido.
— Aún lo eres. — Se acarició el entrecejo para no enfurecerse más.
— Lo sé...
— "Lo sé, lo sé." Es todo lo que dices. ¿Y bien? ¿Ahora qué? ¿Qué puedes decir para que piense diferente de ti? Porque tuviste muchas oportunidades, Rogers. Cada una la hiciste añicos. No finjas que eres quien sufre ahora. — Tony cerró los ojos.
A Steve le dolía verle así.— Yo...
— ¿Tú qué? — Tony volvía a verle con enfado.
— T-Tú... — Steve tartamudeaba.
Tony se reía, aún molesto, aún herido. Era una mezcla de emociones que sólo se podía evidenciar con algunas lágrimas en sus ojos. Lágrimas de rabia. Lágrimas por estar harto. Lágrimas de desesperación y de suma tristeza. Encapsulado todo en ese momento fugaz. — ¿Yo? ¡¿Yo, qué?!
— ¡TÚ ME GUSTAS! — Le gritó Steve.
Ambos se miraron atónitos. Ambos entre lágrimas y sin saber qué más decir.
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Without You
FanfictionAvAc | Steve no logra saber cuál es el alcance de la influencia de Tony en su vida hasta que es muy tarde.