Confesiones

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Si bien llevaba días sintiéndose mal tanto por no saber qué hacer de su vida sin la escuela y por haber sido tan injusto con Tony, no era nada comparado a ese momento.

Jan accedió a su petición, con la única condición de que fuese a disculparse con Tony.

Por supuesto había planeado hacerlo, pero sólo hasta que todo en la Academia marchara bien. Lo cual podría pasar en algunos meses.

Avispa había sido firme en darle una fecha límite, la cual era hasta que los recursos de la escuela se hubiesen terminado, pero considerando que debían comprar más comida antes de que llegara la escases, no perdió el tiempo en ir a la Torre Stark con el pase VIP de Jan.

No podía utilizar el Quinjet, el combustible debía administrarse mejor. En su lugar, arribó en motocicleta. Esta vez prestó más atención al grupo de fans en el estacionamiento. Le incomodaba cómo entre ellos se expresaban de Stark. Algunos debatían qué es lo que harían si Tony fuese su pareja. Otros intercambiaban fotografías de Tony con poca ropa. A travesó a la multitud y dejó su motocicleta en el lugar exclusivo de Jan.

Al llegar a recepción ya sabían lo tramado. Jan, que era amiga de la chica, le informó. Entró al mismo elevador que en su primera visita, el cual le llevó al último piso. Al abrirse ambas puertas, se sorprendió de encontrarse con una pequeña oficina improvisada que no estaba antes.

— Tony te verá en un momento, Jan. — Respondió Pepper Potts a la par que tecleaba en una computadora y respondía una llamada. No le había visto aún, pues se encontraba muy atenta a la pantalla. En cuanto terminó la llamada, se inclinó para intentar ver a Janet quien no le había respondido animádamente como siempre. Para su sorpresa, vislumbró a Steve y en seguida sus mejillas se encendieron. — ¡No, no, no! ¡Capitán!

Steve le sonrió un poco. El momento era demasiado incómodo. — Así que... este es tu nuevo empleo.

— Mejor paga y menos peligros. — Pepper se incorporó de su asiento. Llevó a Steve a una esquina del corredor para que Tony no le puediera ver a través del cristal. — ¿Qué haces aquí? — Descendió el volumen de su voz.

— Necesito ver a Tony. — No mantenía la mirada en la pelirroja, sino que sus ojos buscaban a Stark, quien paseaba en su oficina, aparentemente también atendiendo una llamada.

— Él no quiere verte. — Le miró Potts preocupada. Aquello le dolió a Steve, pues sabía que era cierto. — ¿Cómo lograste entrar? ¿Le robaste su tarjeta a Jan?

Steve frunció levemente el ceño. — No. Esto también fue idea de ella. Sabía que no querría que viniera si se lo decía.

Pepper asintió y suspiró para calmarse a sí misma. — Deja que hable con él primero. Así tal vez no llame a seguridad. — Le dio una sonrisa cómplice, aunque aún se le veía preocupada. Se acercó a la puerta en cuanto Tony terminó con la llamada.

— ¿Ya es medio día? Tengo 15 minutos. Espero que Jan no se enfade. — Tony se sentó en la esquina de su escritorio. — A menos que muevas mi próxima cita y adelantes el almuerzo.

Pepper no pretendía entrar, sólo mantuvo la puerta semi abierta. — Respecto a Jan... ella... tenía otros planes.

— ¿Canceló? — El castaño arqueó una ceja, no era algo que ella hiciera. Le habría avisado con un mensaje o una llamada.

— No exactamente. — Pepper había evitado mirarle a los ojos hasta ahora. — Por favor, no lo eches. En verdad fue idea de Jan. No lo sabía hasta que llegó.

Tony aún no entendía, pero su confusión se transformó en enfado cuando vio al Capitán entrando por la puerta.

Steve no dijo nada. Pepper volvió a su escritorio, fingiendo continuar trabajando a pesar de no lograrse concentrar. El rubio cerró y se mantuvo a una distancia prudente respecto al castaño.

Without YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora