twenty-eight - he couldn't save me

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chapter xxviii.
( iron man 3 )

esta noche, solo cierras los ojos
y observo como te escabulles
¿qué tan cerca estoy de perderte?
today ─── the national

esta noche, solo cierras los ojosy observo como te escabulles¿qué tan cerca estoy de perderte?today ─── the national

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miami, florida
24 de diciembre, 2012

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—Lisa, tienes despertar.

Dejo escapar un gemido silencioso.

—Todo irá bien, cariño —una voz suave y amable me consuela—. Abre los ojos.

Gimo de nuevo antes de obedecer. Maria Stark me observa con una pequeña sonrisa mientras la sangre gotea por el costado de su cabeza. Mis cejas se fruncen y me levanto sobre mis codos. Me da una pequeña sonrisa y no puedo evitar sonreírle.

—Hola, abuela —hablo en voz baja—. Te he echado de menos —ella me da otra sonrisa—. Papá también. Creo que le duele cuánto te extraña.

Ella asiente en comprensión.

—Lo sé, cariño, lo sé. También os echamos de menos —apoya una mano gentil en mi mejilla de dieciséis años mientras el fuego de un auto arde detrás de ella—. Cariño, debes recordarlo.

—¿Recordarlo?

—Sí, Lisa —es Howard quien se encuentra frente a mí ahora—, tienes que recordarlo.

Ouch.

Eso es más o menos el resumen de mis pensamientos en este momento.

Solo... ouch.

Mi cabeza me está matando y lentamente me viene a la mente la razón. No solo tuve que lidiar con el Mandarín, o Trevor Slattery o lo que sea el tipo de las drogas, sino que me un hombre con superfuerza me pateó. Ah, todo tiene mucho sentido ahora. Me doy cuenta de que también me duele el hombro, como si hubiera estado en la misma posición durante un tiempo. El zumbido en mis oídos comienza a disiparse y el sonido de las voces me obliga a abrir los ojos.

—No, vosotros estáis en una mazmorra —Maya Hansen se encuentra en mi dirección, hablando a la ligera—. Yo soy libre.

—Sí —papá, que parece estar atado a un somier de metal hacia arriba, responde en un tono incrédulo.

Abro los ojos un poquito y veo que estoy acostada en un suelo. Hay esposas alrededor de mis muñecas y una delgada cadena me engancha a la pared. Me quedo callada, no encuentro palabras dentro de mí. La sangre se filtra por mis mangas, formando un pequeño charco alrededor de mis brazos. Mi estómago se revuelve y todo lo que quiero es estar en paz. En este punto, dormir o morir está bien. Lo que sea que llegue primero. Maya suspira, girando desde su silla para ponerse de pie.

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