En defensa propia

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Un fuerte dolor en la parte trasera de su cabeza hizo que despertara de la inconciencia, gimió de dolor, la cabeza le estaba matando, trato de moverse sin existo, de repente sus sentidos se pusieron alerta cuando se dio cuenta de que sus manos y pies estaban atados, trato de gritar, pero entonces fue consiente del pedazo de cuerda alrededor de su boca, atado en la parte trasera de su cabeza, impidiéndole decir alguna palabra. Sus ojos escanearon la habitación en la que se encontraba, pero era inútil, el lugar estaba a oscuras, sin embargo, un viento frio se colaba por lo que Harry podía apenas visible notar que era la puerta, trato de observar su cuerpo, dándose cuenta que no llevaba más que su ropa interior

Esta vez el pánico que no había sentido desde que era un niño de cinco años se instaló por todo su cuerpo, rápidamente comenzó a moverse de un lado a otro, tratando inútilmente de salir de sus ataduras, siendo el resultado de lastimarse sus muñecas y tobillos, sus ojos picaron, el temor y el miedo convirtiéndose en pánico, unas inmensas ganas de llorar de la frustración de llegaron, sabía que había sido un idiota al desafiar a Damián, pero jamás pensó que el hombre aria tal cosa, pero había sido un ingenuo, hacia bastantes años cuando Miranda aún estaba viva, Damián había tratado más que un simple acoso, había tratado de destrozarlo, de romperlo, de hacer de el un juguete sexual, en ese entonces Miranda había podido salvarlo, posteriormente a Damián lo llevaron a prisión, pero desde la muerte de Miranda y el regreso de Damián al orfanato, Harry había sido el centro de atención del hombre, los usuales toqueteos fuera de lugar, la intensa mirada depredadora, los ojos destellando en lujuria, y la sonrisa sádica del hombre habían inquietado a Harry, sin embargo él lo ignoro, y maldita sea la hora en la que desobedeció las órdenes del hombre, porque eso había sido más que suficiente para hacer explotar al hombre, porque Harry sabía que a Damián le encantaba, le excitaba que Harry fuera un rebelde sin causa y lo desafiara

Sus sentidos se pusieron alerta cuando escucho el chirrido de la puerta siendo abierta, su cuerpo se tensó por completo, la respiración se contuvo, y sus ojos miraron con miedo al hombre que entraba por esa puerta. Damián Cole apareció, su rostro serio, sus ojos dorados brillando con malicia, su cabello blanco como la nieve perfectamente arreglado, al igual que su ropa siempre elegante y pulcramente limpia

-Veo que despertaste, eso es bueno- Comento el hombre

Harry lo fulmino con la mirada, obligando a su cuerpo a no sucumbir a su desesperación, pero el hombre simplemente se acercó, una mano roso su mejilla, acariciándolo con delicadeza, los ojos brillando en lujuria y maldad, y a Harry le dio asco, quería vomitar

-Oh mi hermoso y bello niño, si me miras de esa manera harás que me excite aún más- el hombre le sonrió de manera sádica, y comenzó a caminar alrededor de Harry, entonces al estar detrás del niño deslizo sus dedos por el cuello desprotegido de Harry hasta llegar a su cadera, deslizando el dedo con lentitud- Sabes que te tendré que castigar ahora ¿Cierto Harry? Después de todo has sido un mal niño, has desobedecido mis reglas y te fuiste de aquí sin mi permiso, y eso mi niño, merece un castigo

Harry tembló, su espalda se arqueo, la bilis subía por su garganta, tenía ganas de vomitar, su cuerpo picaba, quería que las manos de Damián se alejaran de su cuerpo, no quería ser tocado por el hombre, el deseo de tener a Nagini con él para protegerlo apareció en su mente, perder a la serpiente que jamás fue suya significo mucho, jamás pensó que la necesitaría tanto como ahora Damián se alejó de su cuerpo y volvió a mirarlo de frente

-Oh mi bonito niño, no llores, eso solo lograra que me provoques más de lo que ya lo has hecho- y Damián quito las lágrimas de sus ojos, fue en ese preciso momento donde se dio cuenta que su cuerpo al fin había sucumbido al miedo, al fin se había quebrado por completo, y a pesar de que quisiera obligarse así mismo a detener sus lágrimas para no complacer al hombre sabía que sus intentos serian inútiles

Distintas Caras de la Misma MonedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora