|Capítulo 1|

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Sus pies están sobre la silla, mueve la cabeza de un lado a otro al ritmo de la música, su cabello es de un color peculiar, plateado para ser exactos, todo un jovencito en la primavera de sus diecisiete, esa cabellera se mueve con el viento que en...

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Sus pies están sobre la silla, mueve la cabeza de un lado a otro al ritmo de la música, su cabello es de un color peculiar, plateado para ser exactos, todo un jovencito en la primavera de sus diecisiete, esa cabellera se mueve con el viento que entra por la ventana, sus párpados se mantienen cerrados y sus labios, esos esponjosos y color cereza labios, están entreabiertos moviéndose lentamente intentando seguir la canción.

Mi vista se aparta un momento de su persona cuando abre los ojos al sentir a otro joven de cabellos negros llegar a su lado, intercambian palabras y al cabo de unos segundos, sus tan únicos labios son atacados por los de su reciente acompañante.

No estoy seguro de lo que veo, el jovencito peliplata luce disgustado pero sus mejillas han tomado un color escarlata, es obvio que no está enojado.

— Mantente tranquilo, Jeon. El profesor está cerca

— No tiene nada de malo, eres mi novio

Puedo oír con claridad sus voces, no les diré nada, son jóvenes con las hormonas alborotadas. Justo como yo cuando tenía su edad, cuando conocí a mi ahora esposa.

Inevitablemente vuelvo a dirigir mi vista hacia ellos, el pelinegro intenta besar nuevamente al peliplata, pero este lo aleja con algo de brusquedad.

— Eres un aguafiestas, Kim

El pelinegro escupe esas palabras con cierto desprecio y se marcha a una de las sillas de atrás junto a los demás alumnos que cantan en voz alta.

Volteó de nuevo hacía al peliplata, quien ha bajado los pies y sus grandes ojos color avellana muestran tristeza, creo que lo he mirado demasiado tiempo, ahora sus ojos están fijos en mí.

¿Qué estoy haciendo?

Totalmente nervioso desvío la mirada, ni siquiera entiendo porque desde que subí a este autobús no he dejado de mirarlo. Es mi primer viaje escolar siendo el profesor encargado de cuidar a los chicos, ciertamente no son mi grupo, pero a petición de mi mejor amigo y colega, he tomado su lugar.

El resto del viaje el muchacho se mantiene callado, está vez con audífonos puestos.
Aquel muchacho de apellido Jeon no ha vuelto a acercarse.
Hemos recorrido varios puntos marcados en el mapa, intento concentrarme, pero mi vista solo se dirige a ese muchachito de nombre Namjoon.

 Hemos recorrido varios puntos marcados en el mapa, intento concentrarme, pero mi vista solo se dirige a ese muchachito de nombre Namjoon

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Cuando al fin puedo relajarme, me siento debajo de un árbol. Los alumnos ahora corren por el mar, se divierten y ríen que incluso me hacen sonreír, me recuerdan mis días juveniles.

— ¿Puedo sentarme aquí?

Giro mi rostro viéndome reflejado en esos ojos avellanas, asiento con la cabeza y sin querer he sonreído.

El chico juega enterrando los pies en la arena. — Es divertido, inténtelo también usted

— No, no, odio la arena, es muy molesta cuando se entierra entre mis dedos -rápidamente contesto, lo más sincero que puedo-

— Oh... ¿Enserio?, Que pena -dice Namjoon, ahora dibujando con sus dedos garabatos en la arena-

Lo observo de reojo, de cerca tiene unas facciones muy definidas, su rostro es muy hermoso, sus pestañas son largas. Nuevamente me golpeo mentalmente, ¿Por qué estoy observándolo de esta manera?

— ¿Sucedió algo con Jeon? -maldición, no lo pensé, lo dije en voz alta. Justo cuando pienso arreglar mi error, él interrumpe-

— Así que sí estaba mirando... -ríe levemente- Se supone que somos novios, pero odio cuando me obliga a hacer algo que no quiero, él no me escucha, solo se burla de mí

Desvío la mirada hacia el mar, no sé exactamente qué decir, mi noviazgo fue más fácil o al menos así lo sentí yo, nunca he sido bueno dando consejos así que opto por quedarme en silencio, pero tampoco quiero que piense que no me importa, un profesor siempre debe ayudar a sus estudiantes.

— Intenta hablar con él, si se quieren, todo se solucionará. Tal vez solo es un mal tiempo -digo totalmente seguro, aunque se que es la respuesta más tonta-

Pero el ríe e incluso me asustó, su voz es tan única y ruidosa, lo observo por alrededor de unos diez segundos hasta que deja de reír.

— Lo siento profesor, es solo que... Río para no llorar, es que se que las cosas entre Jungkook y yo, ya no son como antes. No es un mal momento, es que siempre todo está mal -dice, mordiendo con efusividad sus labios-

Sin querer, llevo mi mano hasta sus labios, mientras muevo la cabeza formando un "no". — Vas a lastimarte, no lo hagas

— Está bien -susurra sobre mi mano, puedo sentir su cálido aliento sobre mis dedos, trago en seco y con rapidez alejo mi mano-

— ¡Namjoonie, vayamos a nadar! -una voz femenina me hace mirar más allá de la presencia del peliplata-

Una chica de tez blanca -aunque no tanto como la mía- toma del brazo a Namjoon. — Deja de aburrir al profesor Min, vamos a divertirnos

— Está bien, Jisoo -dice Namjoon, siendo arrastrado por la jovencita castaña-

Al quedarme solo me siento extraño, debería estar pensando en mi esposa e hijo, pero ahora mismo mi mente solo está repleta de un jovencito peliplata cuya risa es encantadora.

«Vivir el amor dos veces» [YoonNam] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora