P R O H I B I T E D (HopeMin)

17

JiMin llega a su casa y se permite llorar tanto como puede, toma una copa y una botella de vino blanco para después sentarse en el frío suelo.

Las palabras frías de HoSeok le dolieron más que el golpe, jamás penso que pasaría aquello, sus planes no habían salido como quería, él no quería que las cosas sucedieran de esa manera.

Ahora nuevanente tenía el corazón roto, una vez más fue desechado como basura, le dolía tanto que ni el llanto lograba apagar el dolor de su pecho. JiMin toma su movil y le marca a la única persona que sabe estaría para el: Jin.

Su mejor amigo no tarda en responder con su alegre voz.

— ¡Hola, cariño!. — JiMin suelta un sollozo y Jin se preocupa al instante— ¿Qué sucede, bebé? ¿Esta todo bien?

— T-te necesito, Jin... Me duele mucho...

JiMin vuelve a llorar con fuerza y la línea se corta a las últimas palabras. El rubio avienta su móvil a algún lugar de la sala y sigue bebiendo sin parar, quería olvidarse de todo, olvidarse de HoSeok...

En menos de veinte minutos Jin ya estaba abriendo la puerta de la casa de su pequeño JiMinnie y llega hasta él para abrazarlo con fuerza.

— Ya estoy aquí, cariño...

— Él me lastimo Jin, lo hizo una vez más y todo es mi culpa.

— No, no es tu culpa, hermoso. Tú simplemente le entregaste tu corazón a la persona incorrecta.

— Una vez más...

— No importa cuantas veces lo hagas, JiMin, nadie elige de quien se enamora.

El menor vuelve a llorar consiguiendo un poco de consuelo en los brazos de su mejor amigo, este lo escucha con tristeza, dejando que libere todo el dolor que tenía retenido, Jin siempre estaría para él.

Una semana había pasado de lo ocurrido, JiMin no había aparecido por la universidad y HoSeok se sentía culpable, pero no tenía el valor para ir a buscarlo, no quería dañarlo más.

Los tramites de su divorcio fueron tramitados dos días después de que la verdad saliera a la luz, HoSeok no quería volver a ver a Dong Yul, jamás.

HoSeok entra al salón de clases el cual esta comoletamente vacío y los recuerdos de él y JiMin teniedo sus pequeños encuentros vienen a su mente, esos besos y caricias salvages que lo hacían olvidar completamente todo.

Besos y caricias que ya no podría tener por ser un completo idiota.

El timbre de entrada saca de sus pensamiento a HoSeok y los alumnos comienzan a llegar, pero su corazón se acelera al ver a JiMin entrando al aula, tan hermoso como siempre, con sus preciosos ojos tristes y grandes ojeras asomándose debajo de estos.

Ya no había más miradas coqueta, no había ninguna sonrisa traviesa, no habia absolutamente nada.

Jung comienza su clase y observa de vez en cuando al menor, el cual se encuentra perdido en sus propios pensamientos.

La clase se pasa con gran lentitud para JiMin, odiaba ver a HoSeok de nuevo, volver a verlo lo hizo volver a sentirse fatal, pero Jin lo había obligado a ir, y por una parte el mayor tenía razón. No podía dejar su vida por él, no debía darle ese gusto.

La clase finalmente termina y JiMin comienza a guardar sus cosas sin rapidez, siendo tranquilo en todo momento.

— Park, necesito hablar con usted.— el nombrado asiente, no quería que sus compañeros vieran algo extraño.

Todos salen del aula y solo quedan ellos dos.

— ¿Que ocurre, profesor?

— JiMin, por favor perdoname, en verdad me arrepiento de todo lo que te dije, y más el haberte golpeado.

— No se preocupe, profesor, a partir de ahora olvidaré todo, no hay rencores. Simplemente llevemos la relación de profesor-alumno. Con su permiso.

JiMin hace una pequeña reverencia y se va dejando con las palabras en la boca al mayor. No lo quería seguir escuchando, sabía que Jung lo envolvería nuevamente y ya no quería abrir nuevamente la herida.