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El rubio esperaba con impaciencia, llevaba más de quince minutos esperando, y JiMin odia la impuntualidad

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El rubio esperaba con impaciencia, llevaba más de quince minutos esperando, y JiMin odia la impuntualidad. Solo esperaba que no lo dejaran plantado.

Lleva la taza de té a sus labios y toma un pequeño trago, el sonido de la puerta anunciando un nuevo cliente hace que volte y mire a Dong Yul, éste se acerca con una sonrisa hacia él y se sienta justo en frente.

- Perdón el retraso, JiMin, es que tuve que ir a hacer unas cosas y me quitaron demasiado tiempo.

El menor le resta importancia.- No te preocupes, comprendo que tengas más cosas que hacer.- Una encantadora sonrisa aparece en los labios de JiMin, la cuál es correspondida por Dong Yul.

- Y bien... ¿Cómo has estado?.

- No muy bien, sinceramente...

- ¿Qué lo podría pasar a un chico tan lindo como tú? ¿Desamor?

JiMin asiente con "tristeza".

- Me enamore perdidamente de alguien que no corresponde mis sentimientos, además de todo es casado.- Dong Yul se sorprende un poco.- Es una relación tan prohibida...

- Ay, lindo, estas en algo grave, mira que fijarte en un hombre casado.

- Lo sé... pero se me pasará, ¿y tú, cómo vas con tu novio?

- De maravilla, Choi es espectacular, sin duda lo que siempre busque.

La sangre le hervia a JiMin y no sabía el motivo, pero era inevitable.

- Me alegra, no te conozco lo suficiente pero se que eres un gran chico.

Un hipócrita cuernudo. JiMin ríe internamente.

La conversación cambia drásticamente, total, JiMin ya había conseguido lo que quería.

Los gemidos de JiMin eran bajos, pero repletos de placer, sus pupilas tan dilatadas como las de Jung, lo prohibido sabía aún más mejor en un lugar prohibido

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Los gemidos de JiMin eran bajos, pero repletos de placer, sus pupilas tan dilatadas como las de Jung, lo prohibido sabía aún más mejor en un lugar prohibido.

El escritorio rechinaba ante los bruscos movimientos de las embestidas que HoSeok le proporcionaba al menor. Sus respiraciones siendo aceleradas. JiMin se aguantaba las ganas de rasguñar o morder al mayor, sabía que eso sería cruzar el límite, y no quería hacer enojar a HoSeok, no cuando estaba tan necesitado y caliente.

Pero en cambio HoSeok si lo mordió a su antojo, marcando la suave y blanca piel de JiMin. Marcandolo como suyo discretamente.

- A-ahh, justo ahí, más ¡quiero más!.- y HoSeok cumplió sus ordenes, agarrando con más fuerza sus caderas y embistiendo con aún más fuerza en su interior.

- ¡Maldición, estas muy apretado!.- el mayor ataca los labios del rubio en un beso apasionado con demasiada prisa, ya no tenían mas tiempo, las clases comenzarían pronto.

Ambos logran correrse con fuerza, manchando el escritorio a su paso. Con la respiración aún agitada se dan otro largo beso para después separarse y comenzar a vestirse y limpiar el pequeño desastre que habían hecho.

- ¿Irás más tarde a verme?.- JiMin besa la mejilla del mayor con coquetería.

- Hoy no puedo, quedé con mi esposo en ir a cenar. Lo siento.

¿Desde cuándo HoSeok se disculpaba?

Una punzada sin razón alguna se instala en el pecho de JiMin y los celos comienzan a fluir.

- Esta bien, para la próxima será. Nos vemos en clase.- el rubio toma sus cosas y pasa a un lado de HoSeok, éste lo detiene del brazo y lo mira con pena.

- Enserio lo lamento, pero no puedo quedar mal con él.

- No te preocupes, HoSeok, yo sé mi papel en esta historia.

Y sin más JiMin abandona el aula.

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 P R O H I B I T E D (HopeMin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora