P R O H I B I T E D (HopeMin)

22

Los días pasaban y con ellos aumentaban las visitas de NamJoon y Jeongin al hogar de JiMin, el cual estaba feliz de recibir a ambos. Ahora mismo se encontraban charlando sentados en el sofá del menor mientras el pequeño hijo de NamJoon jugaba con unos carrito sentado en el suelo.

— Perdón si sueno imprudente, pero... ¿Tienes pareja?— JiMin sonríe con dulzura y niega.

— No, no tengo pareja.

— Estupendo.— El rubio se confunde un poco y no es hasta que NamJoon vuelve a hablar que comprende.— Me gustas JiMin, siempre me has gustado, desde que éramos mejores amigos. Jamás me atreví a confesarme por miedo a tu rechazo, pero ahora que ambos ya somos lo suficientemente maduros y consientes he decidido decírtelo, ya no soportaba más el tener que guardar esto.

La sorpresa en la cara de JiMin es obvia, él también había gustado de NamJoon, pero... ¿Sentía lo mismo? No lo sabía.

— Y-yo no sé qué decirte... Es una completa sorpresa para mi que me digas esto, y más aún que también me gustabas, bueno, eso es poco. Yo estuve enamorado de ti, NamJoon.

— Entonces no hay impedimentos, ambos somos solteros, tú me gustas demasiado, a menos que tú ya no sientas lo mismo...— una sonrisa triste aparece en el rostro del mayor.— Llegue demasiado tarde, ¿cierto?

— No lo sé, Nam, no sé lo que siento. No quiero entregarte algo a medias, no quiero pensar en alguien más cuando este contigo.

— Entonces déjame conquistarte, déjame sacar a ese alguien de tu corazón.

JiMin no sabía ni que decir, NamJoon era tan bueno, el prototipo perfecto que JiMin siempre había deseado, pero... había un pequeño detalle:

NamJoon no era HoSeok...

— Esta bien, acepto. Conquistame, Nam...

Pero eso no sería tan fácil, por que a pesar de todos los intentos que NamJoon hiciera el corazón de JiMin seguiría latiendo por HoSeok, pero valía la pena intentar.

Nada mejor que un caliente y reconfortante café por la mañana en un sábado, HoSeok salía de la cafetería que solía frecuentar casi todas las mañanas, el café era demasiado bueno ahí.

Su caminar era lento y tranquilo, pero sus piernas se detienen al ver hacia el frente y toparse con la mirada de JiMin, quien lo miraba entre sorprendido y nervioso. Cuando HoSeok decide acercarse un chico alto hace que nuevamente sus pasos se detengan al igual que su corazón.

El tipo beso los labios de JiMin, y lo peor fue que JiMin no lo apartó.

HoSeok no podía reclamar.

En primera: él y JiMin no eran nada y en segunda: él se había acostado con alguien más...

Pero la furia y la decepción en su cuerpo se hicieron presentes ante tal escena, eso no lo podía controlar al igual que sus celos, la manera en la que observaba a la pareja lo demostraba.

Por otro lado JiMin tenía el corazón acelerado.

— ¿Estas bien, Minnie?.— el nombrado asiente con una sonrisa nerviosa.

— Estoy de maravilla, solo que deje algo en el auto, adelantate, ahora voy.

El más alto asiente con una sonrisa y se adentra a la pastelería para comprar un postre para su hijo.

JiMin camina hacia el auto de NamJoon y se recarga en este reteniendo las ganas de llorar y no sabia el por que... Pero al ver como HoSeok los observaba le dolía demasiado.

— Así que ya estas con alguien más...— esa maldita voz que tanto amaba y odiaba a la vez se hace presente.

— ¿Qué quieres, HoSeok?

— A ti... eso es lo único que quiero.

— Es una lastima que no podrás.

— No estés tan seguro de eso.— HoSeok se posiciona justo al frente del menor y acerca su pulgar a los labios de este.— Estos hermosos labios sólo deberían ser besados por mi, me llena de rabia el saber que alguien más pone su sucia boca sobre la tuya.

— Cualquiera puede besarme, recuerda que soy un ofrecido... ¿No son esas las palabras que tú decías? Así que no me vengas con celos estúpidos e innecesarios, ya te he dicho que no te quedan. No sé si no te lo deje en claro la última vez, te dije que ya no quiero verte y mucho menos hablarte.

— No te comprendo, JiMin, enserio que no puedo, ambos fuimos culpables de lo que sucedió, ahora no vengas a hacerte el Santo en esto, tú sabías que era casado y aún así te metiste conmigo.— la rabias se apodera de JiMin y toma con fuerza el abrigo de HoSeok.

— No te confundas, Jung... No por qué te abriera las piernas cuando se te diera la gana te daba el derecho a humillarme como lo hacías, y eso no te lo voy a perdonar.

— Ambos sabemos que a pesar de todo tu corazón siempre latira por mi.— una sonrisa burlona aparece en los labios del mayor.— que por más que ese imbécil sea tu estúpido chico perfecto, siempre, recuerda esto JiMin, siempre me vas a preferir a mí.

— No sabes cuanto te odio y cuanto desearía no haberte conocido.

— Odiame, reemplazame, has lo que quieras, sabes que solo se quedarán en simples intentos fallidos.

HoSeok pasa rápidamente su lengua por los labios entreabiertos del menor y se aleja.

— Nos veremos pronto, JiMin. No te desharas tan fácilmente de mi.