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Una vez más y como su rutina lo requería, HoSeok caminaba por los pasillos de la universidad rumbo a la sala de maestros a dejar sus cosas

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Una vez más y como su rutina lo requería, HoSeok caminaba por los pasillos de la universidad rumbo a la sala de maestros a dejar sus cosas. Al entrar esta se encuentra completamente sola, era el primero en llegar. Como siempre.

Toma asiento y se dispone a sacar los trabajos que le faltaban por revisar.

Su mente había estado lo suficientemente ocupada en lo que JiMin le había dicho, pero por más que le daba vueltas al asunto no encontraba lógica alguna. Su esposo no era así.

Él era entregado solo a él, un dulce chico con inocencia y demasiado amor, el cual solo le entregaba a HoSeok. Así que no le creía, en cambio pensaba en lo que era capaz de hacer el menor al querer destruir su matrimonio y cumplir sus caprichos.

JiMin siempre a sido un chico prepotente y con ansias de conseguir a como fuera lo que quería ante los ojos de HoSeok.

La única conclusión a la que llegaba Jung es que era un niño mimado por sus padres y lo único que busca es ser el centro de atención.

Después de estar un par de minutos revisando HoSeok decide ver su reloj y se da cuenta de que en verdad había llegado demasiado temprano, faltaba un poco más de una hora para que las clases dieran inicio. Se levanta y sale de la sala de maestros para revisar las aulas.

Sus pasos se detienen al ver al rubio sentado escribiendo algo en una libreta en uno de los pupitres. Se miraba tan concentrado.

Y una vez más, la lujuria se apoderó de Jung. 

JiMin había llegado demasiado temprano por la falta de sueño, así que aprovechando que había llegado antes se propuso a adelantar un trabajo que tenía que entregar la próxima semana

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JiMin había llegado demasiado temprano por la falta de sueño, así que aprovechando que había llegado antes se propuso a adelantar un trabajo que tenía que entregar la próxima semana.

Su concentración se ve interrumpida por el ruido que hace la puerta al ser abierta. Su cara se llena de sorpresa al ver entrar a Jung y que éste cerrara tras él con seguro la puerta del aula.

— Los niños bonitos no deben estar solitos... ¿No se lo han dicho, Park?— el nombrado niega y se levanta del pupitre. Toma sus cosas y se dispone a salir.

Ahora él es el que no quería caer por Jung.

Su brazo es tomado con un poco de fuerza y su cuerpo choca con el escritorio.

— Tengo tantas ganas de tenerte... el sabor del pecado me llama, tu cuerpo me llama.— JiMin niega y voltea su cara al ver las intenciones del mayor por querer besar sus labios.

— Jodete, Jung... Es una lastima que ya no podrás tener este pecado— el menor empuja con fuerza al mayor e intenta salir, sin éxito ya que el mayor lo detiene una vez más.

— No te irás tan fácil... recuerda tu lugar, eres un puto ofrecido, y ahora requiero de tus servicios. ¿Quizá quieres que te pague?— HoSeok saca su cartera y le tira unos cuantos billetes al menor.— Ahora abre tus lindas piernas y se un buen chico.

JiMin estampa su puño en la mejilla del mayor con fuerza logrando que éste se tambalee un poco.

— ¡Esos billetes se los puedes meter por el culo a tu Esposito!— JiMin rompe en llanto y toma sus cosas con rapidez.— Mira que gemia como puta en celo en los brazos de otro— pasa sus manos por sis mejillas quitando las lagrimas con furia.— No te voy a perdonar esta humillación, no me conoces, HoSeok. Te haré saber muy pronto lo que en verdad tienes en casa y que ese chico dulce y fiel es un maldito infiel de mierda doble cara al igual que tú.

— Has lo que te de tu puta gana, ambos sabemos lo que eres, una persona egoísta que solo busca las cosas a su beneficio.

— ¡Tú no sabes nada de mi, no por estar tres veces entre mis piernas significa que me conoces!

JiMin sale del lugar hecho una furia, esa vez Jung había pasado sus límites.

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 P R O H I B I T E D (HopeMin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora