Capítulo 5

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—¿Y qué estás esperando para dármelo?—le contesto y él me sonríe.

Se acerca más a mi, colocando sus manos en mi cintura, para después acercar su rostro al mío y juntar nuestros labios en un corto beso.

Al separarnos, suelto una risita y él me sonríe también.

—¿Vamos a comer?—me dice.

—Vamos...—le contesto con una sonrisa y me agarra la mano para ir del lado del minibar.

(...)

Volvemos al colegio y una vez estamos ahí, nos sentamos en un banquito en el patio de afuera.

—La pase muy bien con vos...—dice mientras rodea mi cintura con uno de sus brazos.

—Yo también... pero... es raro.

—¿Por qué?

—No sé... somos compañeros desde muy chiquitos y amigos hace mucho... ¿No te parece que todo esto fue muy de la nada?—digo y él aprieta los labios.

—Mira... para serte sincero a mi me gustas hace muchísimo Luisana.—dice y me muerdo el labio mirándolo con ternura.

Que ojazos que tiene por dios.

—¿Y por qué estabas con Eva si te gustaba yo?

—No sé. Costumbre. Cuando cortamos me di cuenta que no me gustaba ni un poco. No me movió ni un pelo dejarlo con ella...

—Bueno... pero no quiero tener problemas con ella... hoy en el baño dijo que iba a volver con vos.

—Pff... yo no quiero volver con Eva, Lu... me gustaría estar con vos.—dice y yo lo miro con una sonrisa sin mostrar mis dientes.—Pero vamos de a poco, obvio.

—Bueno... me parece bien entonces.—digo y me pongo de pie sin soltarle la mano.—Me voy a dormir... ¿Nos vemos mañana?

—Como todos los días.—contesta él con una sonrisa.

Me acerco y le dejo un beso en la mejilla, para después sonreírle y dirigirme a mi habitación.

Una vez llego, abro la puerta y ahí están las dos locas discutiendo como siempre.

—¡Aprende a usar esa única neurona que tenes! ¡No puede ser que no sepas tender una cama!

—¡Y vos nena córtate ese nido de piojos de una vez!

—¿No paran de discutir ni un segundo?—digo y las dos me miran.

Corren hacia mi a abrazarme.

—¿Cómo te fue?—me pregunta Beca.

—¿Se besaron?—prosigue Mar.

—Decime que te llevo a un lugar piola.

—¿Fue romántico?

—Ay chicas...—nos sentamos las tres en mi cama.—La pasé re bien... me llevo al Bowling nuevo de su viejo, que es un boliche de noche. Está re piola... podríamos ir el finde.

—¡Ay si! ¡Que divertido!—contesta Mar.

—Y escúchame...—habla Beca.—¿Te trató bien?

—Sí... re bien. Es un amor... me enseño a jugar a los bolos y todo. Chicas...—digo acordándome del besito que nos dimos.—Creo que me gusta.

—Ay si Lu... me alegro por vos...—dice Mar.—Encima hacen re linda pareja... los dos son rubiesitos con ojitos claros... él es alto y fuerte, vos sos medio enana pero bueno... se complementan a la perfección.

violencia adictiva » trueno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora