Six

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Jisung se sentía a morir, o al menos eso es lo que su hormonal actitud de adolescente le decía, pensando aún en todo lo acontecido en el día.

«No significa nada» intentaba decirse, pero era inútil pues era fácil evidenciar que seguía pensando en los cortos segundos en los que pudo escuchar su voz.

Y ahora sentía la necesidad de que esa misma voz lo arrullara hasta dormirse, pero no era algo que estaba dispuesto a admitir en voz alta.

Su alarma sonó mientras su batalla mental seguía, y notó que no había podido dormir nada en toda la noche, un buen inicio del día.

Aparte de ello, recordó desesperado que tenía el trabajo grupal que entregar hoy.

Y para rematar, aunque se había pasado cada día indicando como lo haría solo para tener una nota perfecta, ni siquiera lo había empezado.

Con todo el miedo del mundo decidió que faltaría a los primeros períodos para trabajar en su casa todo lo que necesitaba.

Llegó un poco tarde a la hora de biología y completamente asustado acercó su trabajo a la profesora.

"Señor Han, ¿Por qué volvería a entregar su trabajo? Su compañero de equipo ya lo dejó aquí a la hora que correspondía." Respondió la profesora observandolo con curiosidad.

¿Su compañero?

Buscó el trabajo del que hablaba y pudo ver con total claridad como el trabajo decía: Lee Minho y Han Jisung.

Pero, ¿Cómo? Y más importante ¿Cuándo?

Minho le dijo que hiciera lo que quisiera pero ahora él mismo entregó el trabajo y encima lo ayudó incluyendo su nombre allí.

Se sentía culpable, y confundido en un mayor grado porque no le era posible entender cómo el mayor había hecho eso.

Ahora sentía la necesidad de hablar con él, pero decidió que lo enfrentaría a la salida de clases y no ahora.

Minho por otro lado después de haber entregado el condenado trabajo de biología, regresó al salón de baile listo para practicar su nueva coreografía las veces que fueran necesarias.

Aparte de todo el enriquecimiento espiritual que bailar le daba, le gustaba también el hecho de que mantenía su mente ocupada, alejando todo el desastre de su vida personal.

No se daba tiempo para pensar en los pequeños detalles, por lo que cuando no estaba bailando se encontraba pensando formas en las que podría mejorar sus pasos.

Lee Minho vivía para bailar, porque sin ello todo se hubiera derrumbado sin más.

Dentro de esa sala de baile podía decir que pasaba sus mejores épocas, nadie ni nada podía darle mayor felicidad.

Recordaba las incontables festividades en las que pasó solo bailando, y todos los momentos en los que pasó soñando despierto acerca de tener su propio salón.

Cuando terminó su práctica del día, tomó su botella de agua y se resignó al saber que tendría que volver a casa, con lo mucho que odiaba vivir ahí.

Colgando su mochila en su hombro, salió sin más.

Lo que no esperaba era encontrarse de frente con Han Jisung, el chico que últimamente lo había estado molestando por ese trabajo que ya entregó.

¿Qué quería?

Intento seguir su camino pero el menor le pidió que hablaran.

Como cualquier cosa era mejor que ir a casa, aceptó sin hacer tanto problema.

Polaroid ||Minsung||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora