Neuf

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Para aquellos que ya han pasado cierta etapa de su vida, perseguir los sueños y establecerse era difícil, y es en ese pensamiento en que el Jisung de 25 años cayó, y aquello que terminó por alejarlo de Minho.

Desde los 18, ambos habían decidido vivir juntos, pues consideraban que su amor era lo suficientemente fuerte para aguantarse todos los días y a todas las horas.

Y así habían comenzado a armar su vida juntos, en un pequeño departamento ubicado en un lugar nada llamativo pero perfecto para ellos.

Una sola habitación y una pequeña cocina que se fusionaba con la sala, en verdad nada espacioso pero era lo que entre los ahorros de su juventud ambos podían costear.

Tenían pocas cosas pero eran felices así, Jisung pasaba fotografiando todo lo que veía a su alrededor y Minho pasaba más tiempo asistiendo a clases de baile.

Al principio todo era hermoso para ambos, pero llegó un momento en que la rutina comenzó a devorar a Minho, quien ya no tenía tiempo para Jisung debido a sus dos trabajos de medio tiempo y sus ensayos.

El menor solo tenía un trabajo, y desde la tarde en adelante, pasaba encerrado en ese triste y desolado departamento.

"Min Min, mira la foto que tomé ayer." El menor exponía con orgullo la foto de un gato callejero, de aquellos que su novio amaba alimentar.

"Por favor Jisung. Necesito dormir."

Y esa era la misma frase que se venía repitiendo ya 5 años.

Desde que cumplieron 20 todo había cambiado, se había vuelto más serio y el calor de la pareja se desvanecía en silencio.

Ya no habían abrazos de buenas noches, no habían desayunos juntos ni besos mañaneros.

Jisung intentaba comprender, ya no era un adolescente, necesitaba ver que Minho se volvía así porque debía concentrarse en su sueño, era una prioridad.

Prioridad, ¿Cuál era su prioridad? Cuanto más lo pensaba, él sólo había decidido seguir a Minho sin detenerse a pensar en nada más.

Le gustaba fotografiar pero, ¿Era esa su prioridad?

Tomó los siguientes años para descubrirlo y pronto era como si dos extraños vivieran bajo el mismo techo.

A duras penas se topaban pero cuestionar si aún se amaban era algo que ninguno quería comenzar a hacer.

Jisung empezó a sentir la necesidad de asentarse, ver la vida teniendo en cuenta sus sueños pero a la vez se sentía listo para compartirla con alguien más.

Y se supone que ese alguien era Minho, ¿Verdad?

Ahora, el problema es que el menor no tenía ni idea de cómo decirle a Minho que lo que quería era prácticamente casarse.

Sin embargo, un día decidió hacerlo, sin saber qué iría a pasar.

Esperó a que el mayor volviera a casa y decidió contarle con detalle lo que había estado haciendo y sus planes a futuro.

"Minho, ¿Podemos hablar por favor?" Se acercó tranquilo tomando la mochila de su sudoroso novio quien tenía cara de no querer saber nada, como siempre.

"¿Mañana?" Preguntó el mayor con tono suave, como si eso fuera suficiente para calmar a Jisung.

"Cinco años han pasado en los que has dicho esto. Ahora necesitamos hablar." Jisung estaba enojado, demasiado como para comprender.

"Bien." Minho se sentó en el pequeño comedor suspirando y esperando a que el menor hablara.

"He pasado mucho tiempo averiguando qué quiero en mi vida, y ahora que lo sé, primero necesito saber qué quieres tú en tu vida."

"Sabes que he perseguido mi sueño de bailar desde antes de graduarme, ¿Por qué eso habría de cambiar?"

"Yo cambié. ¿Tienes idea de lo que yo quiero?"

Minho volvió a suspirar y dirigió una mirada cansada hacia el menor.

"No lo sé, Sung. No he tenido tiempo para nada, menos para esas cosas tan triviales."

Algo se rompió dentro de Jisung al escuchar eso.

"¿Triviales? ¿Te parecen mis metas de vidas triviales? He estado aquí a tu lado como adorno por 7 años y no te has dado cuenta de lo que quiero, y encima lo llamas trivialidad."

"Ah por favor, ¿Qué quieres hacer? ¿Tomar más fotos? ¿Decorar este hueco? No sé qué más podrías querer si igual intento ayudar con el dinero que puedo para que vivamos aquí."

"No eres el único que paga." Alzó su voz el menor. "Ni siquiera estoy hablando de tu dinero, hablo de ti."

De pronto, la voz de Jisung comenzó a quebrarse. "Quiero vivir junto a ti, no en el mismo lugar, sino a tu lado. Quiero poder ver tu rostro cuando me levante y quiero formar un camino a tu lado."

"Jisung, yo..." Minho no pudo terminar de hablar, el menor ya había abandonado el comedor.

Ninguno de los dos sabía que esa sería la última conversación que iban a tener en años.

Polaroid ||Minsung||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora